¿Vuelven las repeticiones?

Tanto ha insistido la ministra de Educación en que, con su mal llamada ley "de Calidad", se pone fin a la promoción automática y vuelven las repeticiones de curso que muchos han terminado creyendo que en el sistema que ahora se extingue -el de la LOGSE- los alumnos pasan "por la cara" de un curso a otro y obtienen títulos sin necesidad de aprobar.

Pues bien, resulta que más de un 30% de nuestros jóvenes han repetido al menos una vez antes de cumplir los 15 años, según datos del propio Ministerio de Educación. Así que, si fuera cierto que la calidad educativa de un país mejora haciendo que los alumnos repitieran más, los nuestros serían los más preparados de Europa, pues a pesar de lo que se haya querido dar a entender, tenemos las tasas de repetición más altas.

Pero es que, además, con la nueva ley en la mano, no es cierto que nuestros jóvenes estudiantes de ESO vayan a tener de ahora en adelante más oportunidades para repetir curso si no les va bien.

En realidad, a lo largo de la educación primaria las cosas seguirán como están. Se podrá repetir una sola vez al finalizar alguno de los cursos pares. Y en la ESO, etapa en la que se podía repetir también una vez -y excepcionalmente, dos-, puede que en el futuro no haya más de una oportunidad, aunque no precisamente en mejores condiciones.

La diferencia estará en que, mientras que antes la decisión sólo podía adoptarse como muy pronto al terminar el segundo curso, con la nueva normativa no se podrá pasar de primero a segundo con más de dos suspensos.

Es decir, el primer ciclo de la ESO será dividido en dos cursos independientes en los que sólo se podrá repetir una vez.

El problema es que todos los repetidores podrán ser asignados a un mismo grupo en el que se concentrarán de forma peligrosa y con alto riesgo de marginación los alumnos que más dificultades encuentran en el ámbito escolar. En cualquier caso, aquellos que tras repetir sigan dejando asignaturas pendientes deberán "promocionar automáticamente" al curso siguiente. Aunque quizá, si tienen ya 15 años, sean enviados a los también reformados programas de Garantía Social, quedando excluidos del itinerario educativo ordinario (hasta ahora era requisito tener dieciséis). Y ésta será la verdadera y triste novedad a partir del año próximo: la educación ya no será común y obligatoria hasta los 16 años.