"Recuérdalo tú y recuérdalo a otros"

"Los exiliados se convierten en la conciencia de España porque al final triunfaron. Hemos recuperado aquellos valores por los que ellos lucharon. La Constitución de 1978 es deudora de la Constitución de 1931", afirmó ayer el diputado socialista y presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, en Carmona (Sevilla) en la conferencia inaugural del curso de verano Andalucía: Guerra y Exilio. El curso, coordinado por el catedrático Juan Ortiz Villalba, reunirá hasta mañana jueves a expertos y profesores en la sede de la Universidad Pablo de Olavide de la ciudad sevillana.

"La deuda de la España democrática con los exiliados es imponente", señaló Guerra en su conferencia, titulada El exilio republicano español. El presidente de la Fundación Pablo Iglesias también tuvo palabras de recuerdo para las víctimas del "exilio interior", aquellos que vivieron "humillados y proscritos" en la España de la dictadura franquista. Guerra hizo hincapié en la "injusticia que encierra el olvido" de la labor de miles de españoles que se vivieron obligados a abandonar su patria. Por ello, abogó por "una reparación moral y una atención material" para los supervivientes de la España peregrina. "Algunos están deseosos de recuperar la nacionalidad", agregó.

El diputado también apostó por la "protección de aquellos exiliados que estén en situaciones más difíciles" y resaltó la "necesidad de considerar a los niños de la guerra como exiliados políticos". El tiempo apremia. Cada vez quedan menos días por delante para hacer justicia, puntualizó Guerra. "Los exiliados son personas muy mayores y, en poco tiempo, comprobaremos que ya no hay exiliados. Como decía Luis Cernuda en un bello poema: 'Recuérdado tú y recuérdalo a otros", concluyó Guerra.

El presidente de la Fundación Pablo Iglesias hizo un completo recorrido por distintos aspectos del exilio republicano español a lo largo de su conferencia. La política de bienvenida a los exiliados de Lázaro Cárdenas, presidente de México; el papel relevante de los republicanos en la liberación de Francia de las garras nazis; la acogida de los niños de la guerra en Francia, Bélgica, el Reino Unido, la Unión Soviética, Suiza, México y Dinamarca; el maltrato que recibieron los republicanos en los campos de internamiento franceses; la larguísima nómina de escritores, artistas y científicos (Juan Ramón Jiménez, Salinas, Alberti, Gil-Albert, Prados, Cernuda, Trueta, Halffter, Falla, Gaos, Xirau, Zambrano, Ferrater Mora...) que con su talento enriquecieron los países donde fueron recibidos... Guerra recordó que tres de los Premios Nobel españoles sufrieron el exilio: Juan Ramón Jiménez, Severo Ochoa y Vicente Aleixandre, aplastado por el "exilio interior".

El diputado también recalcó la amargura de todas las "personas sencillas, muchas anónimas, sin gestas conocidas" que tuvieron que dejar España. Muchas de ellas trazaron páginas de gloria en la II Guerra Mundial con su apoyo a los aliados. Con todo, al principio, no fueron bien tratados por Francia, el país que contribuyeron a liberar, dijo Guerra. "No fueron tratados como exiliados, fueron vigilados por el ejército colonial francés -por soldados senegaleses- en un país que creían amigo. El de 1939 fue un invierno muy frío. Sin barracones y sin agua potable, muchos murieron de frío, de enfermedades... La única ayuda que recibieron en los campos de concentración franceses vino de los cuáqueros británicos y norteamericanos", relató el presidente de la Fundación Pablo Iglesias. A miles de ellos no les importaron estas vejaciones. Tuvieron la generosidad de ayudar a Francia. "Los primeros vehículos blindados que entraron en París llevaban el nombre de Madrid, Guernica, Teruel", agregó Guerra.