Pujol teme que el "tono desagradable" que augura para las elecciones madrileñas crispe las catalanas

Jordi Pujol admitió ayer que tiene el temor de que la campaña de las elecciones a la Asamblea de Madrid, que prevé que tenga un tono "desagradable y negativo", acabe por "excitar y crispar" más allá de su territorio y afecte a las elecciones catalanas.

El presidente de la Generalitat, que no quiso hacer pronósticos sobre unos resultados que considera inciertos, admitió que también los resultados podrían influir en Cataluña.

Pujol reconoció ayer en Girona, tras la inauguración de un nuevo CAP, que el 26 de octubre, fecha de las elecciones madrileñas, era la que tenía inicialmente en mente, pero que finalmente la desechó porque no desea que coincidan. "Las problemáticas de Madrid y de Cataluña son muy diferentes", aclaró.

Pujol sólo puede escoger entre los tres primeros domingos de noviembre y, de sus declaraciones, podría deducirse que prefiere una fecha alejada, que sería el 16, aunque se reserva también el día 9. En este caso, el arranque de la campaña catalana coincidiría con la clausura de la de Madrid.

Respecto al nombramiento de Mariano Rajoy como sustituto de Aznar, Pujol hizo suya una irónica definición de un compañero de partido según la cual en las reuniones con la Generalitat el nuevo jefe de Gobierno les dirá, igual que Aznar, "que no a todo", pero, a diferencia de su antecesor, les regalará un puro al despedirse. "Y yo no fumo", apostilló Pujol, quien se mostró convencido de que no hay que dejarse impresionar por las formas más amables y la supuesta simpatía de Rajoy: "Lo que cuenta es el fondo, no la forma. Y ya ha anunciado que hará la misma política sin complejos ni matices".

Pujol dijo que no tenía por qué opinar sobre el nombramiento de Susanna Bouis como delegada del Gobierno en Cataluña, pero no ocultó su frialdad: "No la conozco; la habré saludado alguna vez, pero las personas son secundarias; ella hará la política que le digan".

Pujol aprovechó para pedir "excusas" a la población de Banyoles, donde CiU no pudo presentarse por las rencillas entre los dos partidos de la federación. Lo ocurrido fue muy "serio", admitió.