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Urbaser bloquea el tratamiento de basura de Marbella por impago

La concesionaria de la Planta de Residuos Sólidos Urbanos de Casares, Urbaser, cerró ayer por segunda vez en una semana las puertas a los camiones de basura de Marbella por el impago del canon mensual y de una deuda de más de siete millones de euros, que el municipio arrastra desde la época en que Jesús Gil y Gil ocupaba la alcaldía. El nuevo equipo de gobierno, formado por tránsfugas del GIL, ediles expulsados del PSOE y suspendidos del PA, se comprometió a hacer frente a esta deuda millonaria y a negociar un plan de pagos.

Por lo pronto, las instalaciones de la planta de Casares permanecieron clausuradas para los vehículos de Marbella durante cerca de cinco horas, hasta que el Ayuntamiento abonó el canon atrasado del mes de julio. Urbaser había advertido desde octubre de 2000 de que impediría la entrada de basura de la localidad si no recibía las cantidades pendientes. El pasado 25 de agosto esas amenazas se hicieron realidad por primera vez. La planta cerró sus puertas, aunque volvió a admitir la basura de Marbella después de que el nuevo gobierno local afrontase un primer pago de 307.000 euros correspondientes al mes de junio. También el cierre de ayer se zanjó con el abono de la cuota de julio.

El equipo de gobierno de Marbella mantendrá esta semana una reunión a tres bandas con representantes de Urbaser y la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental a fin de "buscar una solución definitiva" a esta deuda que arrastra la ciudad. El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Marbella, Pedro Pérez, ha propuesto a la empresa concesionaria un plan escalonado de pagos, para reducir "poco a poco el débito".

Siete millones de deuda

"Nuestra intención es arreglar la situación y buscar una salida negociada", aseguró Pérez, quien tachó de "ilegal" el cierre del recinto a los camiones de Marbella. "La recogida de basura es un servicio que no se puede parar", añadió el edil suspendido de militancia en el PA.

Marbella no es, sin embargo, el único municipio que debe dinero a la concesionaria de la planta de Casares, aunque sí el que mantiene la deuda más elevada. También es cierto que al contrario que éste, otros ayuntamientos morosos han realizado en los últimos años transferencias y han establecido planes y compromisos de pago, que van afrontando poco a poco.

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El enfrentamiento por el impago de esta deuda llevó a Jesús Gil en su día a anunciar la construcción de una planta propia, un proyecto que nunca se llevó a cabo. Tampoco es la primera vez que el Consistorio se compromete a saldar el débito. En noviembre de 2000, Julián Muñoz, alcalde accidental, bajó el tono y aceptó la propuesta de Mancomunidad de pagar 35 millones al mes más el 1% de la deuda histórica, una promesa que a la vista de los hechos no llegó a materializarse.

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