Kelly apoyaba el desarme de Irak por la fuerza pese a ser una "amenaza modesta"
El fallecido científico británico veía la "guerra inevitable" en un artículo escrito antes del conflicto
David Kelly, el científico que se quitó la vida el pasado 17 de julio tras verse envuelto en la feroz polémica entre el Gobierno de Tony Blair y la BBC, consideraba "modesta" la amenaza iraquí, pero llegó al convencimiento de que la "guerra era inevitable", ya que Sadam "nunca ha renunciado a intentar desarrollar y almacenar dichas armas". El antiguo inspector de Naciones Unidas en Irak expuso su opinión en un artículo del pasado marzo, poco antes de que comenzara la guerra, que se publicó ayer por primera vez. Su viuda, Janice, presta hoy declaración ante el juez Brian Hutton.
En la investigación del juez lord Hutton sobre las circunstancias de la muerte de Kelly, que hoy entra en su tercera semana de testimonios orales, se han escuchado declaraciones contradictorias sobre la opinión del científico en las cuestiones relacionadas con Irak. Con la excepción de la grabación de una entrevista concedida por el experto en armas cuando ya se sentía acorralado por el Gobierno, son terceras personas las que han interpretado ante el magistrado su visión sobre la situación en Irak y sobre la justificación británica de la guerra.
Desde ayer se conoce lo que realmente pensaba el científico en vísperas de la ofensiva contra Bagdad. "Aunque la amenaza actual que Irak presenta militarmente es modesta, tanto en términos de armas convencionales como no convencionales, nunca ha renunciado a intentar desarrollar y almacenar dichas armas con fines militares y terroristas", escribió en un artículo que él mismo revisó el pasado marzo. "La guerra puede ser ahora inevitable", concluyó.
El artículo recoge la contribución del experto a un informe colectivo del boletín Iraqi Crisis Report, del Instituto Informativo de la Guerra y la Paz, con sede en Londres. Kelly escribió anónimamente, identificándose como anterior inspector de Naciones Unidas en Irak, hecho que influyó en la decisión de la editora, Julie Flint, de mantener inédito el trabajo. Pero ayer, víspera de la comparecencia de Janice Kelly, además de otros familiares y amigos del experto, Flint decidió finalmente desvelar las opiniones de su colaborador y viejo amigo. El texto editado del artículo, autorizado por Kelly el pasado marzo, se publicó ayer en el dominical The Observer.
En su escrito, Kelly destaca el "lamentable fallo de la diplomacia", con las divisiones en el Consejo de Seguridad de la ONU, como causa directa del fracaso del proceso de inspecciones en Irak de los últimos 12 años. "La amenaza de una fuerza militar genuina ha forzado a Sadam Husein a admitir a los inspectores de la ONU, pero no a colaborar con ellos", advierte. Y concluye: "Lamentablemente, la fuerza militar parece ser la única vía para desarmar Irak de una forma definitiva y concluyente".
Amenaza a largo plazo
La prioridad, para el científico, pasaba por descubrir el alcance y magnitud de los programas de armas iraquíes, de los que, escribe, "hay indicaciones de que todavía continúan". Su conocimiento del terreno lo llevó a considerar que Bagdad no presentaba una amenaza seria inmediata, sino más bien a largo plazo. "La guerra puede ser ahora inevitable. Pero EE UU debería asegurar que la fuerza y estrategia utilizadas sean apropiadas a la amenaza modesta que Irak supone ahora".
Kelly consideraba "improbable" que las armas químicas y biológicas iraquíes pudieran afectar sustancialmente a la capacidad de las tropas estadonidenses y británicas. Tampoco creía que pudieran causar "muertes masivas" en los países vecinos. Pero sí veía factible la utilización de dichos arsenales en operaciones terroristas, perpetradas no por miembros de Al Qaeda, sino por los propios servicios de inteligencia iraquí.
"La amenaza a largo plazo permanece, sin embargo, en el desarrollo hasta su madurez militar de las armas iraquíes de destrucción masiva", reconoce. Y añade: "Esto sólo puede evitarse con el cambio de régimen". Eliminar a Sadam era, para el científico, la única vía para lograr la cooperación de Irak en la localización y destrucción de los programas armamentísticos.
La visión expuesta en el artículo guiará al juez en su búsqueda de las circunstancias de la muerte de Kelly. El científico empezó a caminar hacia su trágico final al identificarse ante sus superiores en el Ministerio de Defensa como fuente de un crítico reportaje de la BBC. Pero siempre negó haber acusado al Gobierno de exagerar la amenaza iraquí para reforzar el argumento a favor de la guerra. Kelly estaba resignado a la acción militar contra Sadam, pero, según se desprende de su escrito, no estaba de acuerdo con la certeza con que se describió el riesgo inminente de Irak.
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