Los vecinos desalojados por el incendio de Platja d'Aro regresan a sus casas
Los bomberos remojaron la zona y mantuvieron la alerta para que el fuego no se reavivara
Una casa siniestrada, cuatro afectadas de forma parcial y 345 hectáreas de bosque quemado es el resultado del incendio que se declaró el pasado viernes en Castell-Platja d'Aro y Calonge. El fuego obligó a desalojar a 10.000 personas de 14 urbanizaciones, 3 cámpings y unos apartamentos. Todos están de nuevo en sus casas. Ayer, con el incendio ya controlado, cinco helicópteros remojaron las zonas quemadas y 40 dotaciones terrestres se encargaron de apagar las brasas que amenazaban con prender de nuevo. Dos aviones se mantuvieron en alerta en el aeropuerto de Girona, pero no fue necesario utilizarlos.
En otro extremo del perímetro arrasado por las llamas, en la masía Cal Rei de Castell d'Aro, donde se originó el fuego, los investigadores de los Mossos d'Esquadra intentaban determinar cómo comenzó. La finca del antiguo restaurante está precintada por la Policía Local y en ella trabajaban ayer dos agentes de la policía científica y otros dos de medio ambiente. Su tarea no resultará fácil: deben determinar el origen de las llamas por los indicios que hallen sobre el terreno. Ladrillos amontonados, señales de obras, cables eléctricos, mangueras, una carretilla quemada... todo puede servirles. No hay duda de que el fuego empezó justo detrás de Cal Rei, pero los investigadores no quieren aventurarse todavía a decir si fue intencionado o debido a una negligencia.
La casi totalidad de los desalojados pudieron regresar a sus casas durante la tarde y la noche del mismo viernes, pero 103 personas tuvieron que pernoctar en pabellones polideportivos: 68 en el de Calonge y 35 más en el de Platja d'Aro. Los últimos en regresar a casa fueron los vecinos de la urbanización Mas Pallí de Calonge. Lo hicieron ayer por la mañana, y pudieron comprobar que el fuego había quemado jardines, cercados y algunas fachadas, pero no había entrado en ninguna casa, como se temió la noche anterior.
No tuvieron tanta suerte los habitantes de Mas Ros y Mas Nou. La casa de Cornelio y Arne Macres, un matrimonio alemán que reside de forma permanente en Mas Ros, ha sido declarada siniestro total. Es la única, pero en los alrededores no se ha salvado ningún jardín, las fachadas están chamuscadas y en las piscinas el agua es negra en lugar de azul. Muchos propietarios afectados acudieron por la mañana al Ayuntamiento para interesarse por si pueden acceder a algún tipo de ayuda. Tras sobrevolar la zona devastada, los alcaldes de Castell-Platja d'Aro y Calonge, Joan Giraut y Jordi Soler, respectivamente, se comprometieron a gestionar las ayudas. Una de las primeras actuaciones del consistorio consistirá en proporcionar al matrimonio Macres una vivienda de alquiler que durante seis meses financiará la Generalitat.
El alcalde de Castell-Platja d'Aro explicó también que continuará con el plan municipal aprobado para fijar 25 metros perimetrales de seguridad entre las parcelas de las urbanizaciones. "Haremos lo que sea necesario para que los propietarios mantengan sus parcelas limpias", prometió.
El incendio de las urbanizaciones no fue el único que preocupó ayer en Platja d'Aro. El fuego en el edificio de 20 pisos Sun Tower, debido al cortocircuito en un televisor de la planta 14ª, obligó el viernes a desalojar a los vecinos. Los vecinos de los pisos 13º al 20º tuvieron que pasar la noche en los pabellones junto a los de las urbanizaciones y sólo ayer pudieron volver a sus apartamentos. No así los de las plantas 14ª y 15ª, que quedaron muy maltrechas y están pendientes de un informe de habitabilidad.
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