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Prodi comparecerá ante el Parlamento Europeo el 25 de septiembre para explicar el 'caso Eurostat'

Los plazos se aceleran y la presión aumenta para el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y tres de sus comisarios, entre ellos el español Pedro Solbes, salpicados por las irregularidades financieras descubiertas en Eurostat, la oficina de estadística comunitaria. Prodi ha aceptado la invitación para comparecer ante los jefes de los grupos europarlamentarios el 25 de septiembre en Estrasburgo. La investigación interna habrá terminado para entonces y permitirá aclarar si la crisis desembocará en alguna dimisión.

"El Parlamento no va a tolerar ningún retraso. Sería una injuria para la Comisión y para los intereses de los contribuyentes", declaró el presidente de la Cámara, el liberal irlandés Pat Cox, poco después de que el pasado jueves por la tarde los líderes de todas las formaciones invitaran a Prodi a comparecer. A esa reunión han sido invitados también los miembros de la poderosa comisión de Control Presupuestario (Cocobu).

A la investigación interna de todos sus departamentos abierta por la Comisión en julio hay que añadir la que realiza con absoluto hermetismo desde octubre de 2000 la temida Oficina de Lucha contra el Fraude (OLAF). Su trabajo debía haber finalizado antes del verano, pero ha retrasado las conclusiones hasta principios de octubre.

La OLAF, un órgano que no está sujeto a la Comisión, ha enviado en los últimos meses datos sobre presuntos delitos de malversación de fondos en los que estarían envueltos directivos de Eurostat a la justicia francesa y al tribunal de Luxemburgo.

Para la Cocobu ya han dado testimonio los comisarios Pedro Solbes (Asuntos Económicos y Monetarios y del que depende Eurostat), Neil Kinnock (vicepresidente, responsable de Personal y Reforma interna) y Michaele Schreyer (Presupuesto). Todos ellos aseguraron haberse enterado por la prensa de la gravedad del escándalo de Eurostat, pese a que las irregularidades financieras se venían registrando desde hace casi 15 años. Kinnock es laborista británico y comisario desde 1995. Schreyer es una dirigente verde alemana que, al igual que Solbes, está en el Ejecutivo comunitario desde septiembre de 1999. Solbes está catalogado como un político socialista, pero sin carné del PSOE.

La Cocobu critica a Prodi por haber esperado hasta julio para emprender medidas disciplinarias y sostiene que el colegio de comisarios, colectiva o individualmente, debe asumir las consecuencias. Al llegar al cargo de presidente de la Comisión, Prodi anunció que no toleraría la más mínima corruptela y que exigiría la salida de cualquier comisario implicado. Cada uno de los miembros del colegio firmó entonces una carta de dimisión sin fecha que el presidente guarda celosamente en su escritorio. Tal compromiso le puede crear un serio quebradero de cabeza en las próximas semanas.

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