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Reportaje:

Un 'chute' en el hospital

Un toxicómano participante en el programa de dispensación de heroína relata la experiencia de inyectarse en el hospital

"Heroína en el hospital. ¿Quién me lo iba a decir a mí?", repite Paco, de 36 años, entre incrédulo y sonriente, cuando piensa en el chute que acaba de recibir en el hospital Virgen de las Nieves, de Granada. Paco (que no se llama Paco, porque prefiere no identificarse) es uno de los dos primeros toxicómanos que han recibido heroína bajo supervisión médica en España. Ayer era su segundo día. Su tercer pinchazo. El objetivo de este ensayo pionero puesto en marcha por la Junta de Andalucía no es evitar la adicción, sino demostrar que, si se añade heroína a la deshabituación con metadona, mejora la integración del heroinómano. Suiza, Holanda y Alemania desarrollan programas similares.

A la salida del hospital, a las 12.30, una pequeña tirita en el brazo derecho es la única pista para saber que Paco participa en este programa clínico que comenzó el miércoles. Viste pantalón corto, una camiseta semiabierta por la que se escapan un par de cruces, zapatillas de deporte y gafas de sol verdes. Luce pelo corto, perilla y una coleta en la nuca. Con 16 años comenzó un matrimonio con la heroína que le ha llevado varias veces a la cárcel y le ha impedido tener un trabajo que no sea aparcar coches o cuidar animales de vez en cuando. "Cuando yo empecé, la heroína no era muy conocida. Lo hice por probar, por la calle, las amistades", vacila, buscando una respuesta. Luego se calla y enciende un cigarrillo.

Hace cuatro años, la última vez que estuvo en prisión, empezó a tomar metadona. "En este tiempo he entrado y salido varias veces del programa de metadona. Conmigo no funciona. Nunca he dejado la heroína más que un ratillo", explica.

Paco arrastra las palabras. Nació en Granada y vive con sus hermanos junto a la plaza de toros, cerca del hospital. Allí acude desde el miércoles, mañana y tarde, a pincharse heroína. Por la noche, en su casa, toma metadona para evitar el síndrome de abstinencia. Ésta será su rutina nueve meses.

Heroína en el hospital y no en el poblado chabolista al que hasta ahora iba tres veces al día a gastarse los 30 euros que sacaba en la jornada. "El centro está muy cuidado y el personal es muy amable. Entras, te toman la tensión, ven que estás bien y te pinchas con un ATS al lado. Luego te quedas allí una horilla a ver cómo reaccionas. Hemos empezado con dosis bajas que van a ir subiendo hasta que te hace efecto. Allí dentro te tratan fenomenal, que también nos hace mucha falta".

La Junta pidió que aprobaran este ensayo hace cinco años. Ha pasado tanto tiempo y ha tenido tanta publicidad que su existencia era una leyenda entre los yonquis. "La gente en la calle pensaba que esto llevaba en marcha más de un año. Era como un mito que se había corrido pero que nadie conocía en realidad. Ahora ha empezado y, si la gente le pone voluntad, puede ir bien. Pienso en la de chavales que hay por ahí pinchándose de mala manera, con riesgo de coger enfermedades...".

Paco está feliz de estar entre los 60 drogadictos que recibirán heroína y metadona. Los otros 60 sólo recibirán metadona. El martes, los cuatro primeros sortearon quiénes recibirían heroína. Paco fue uno de los dos elegidos. "Menos mal que me salió a mí. La metadona ya la conozco, sólo sirve para quitarte el mono en un momento duro".

Pero el ensayo no es sólo dar heroína. "Aquí, además, te ayudan a arreglar tus papeles". Algo que él necesita con urgencia. Hace dos meses perdió su pensión no contributiva (tiene derecho porque es portador del VIH) por no pasar los análisis a tiempo. "En el programa me van a gestionar la pensión, poco más de 40.000 pesetas al mes, pero que vienen bien". Por eso está convencido de que el ensayo disminuirá la delincuencia: "Hay muchos chavales padeciendo injusticias por no tener abogado ni nadie que les arregle los papeles, a los que se les puede ayudar".

Pero Paco cree también que a este programa le pueden salir enemigos: los traficantes. "Por ahora les da igual, pero cuando esto se generalice, no les va a hacer ninguna gracia".

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