España va bien
El nacionalismo no es algo fácil de entender, pero más difícil aún es entender el estacionorbitalismo. Los últimos habitantes de la Mir, la estación orbital rusa, los astronautas Serguéi Avdéyev y Víktor Afanásiev, la abandonan "con amargura en el corazón, porque es una pequeña parte de Rusia". Ya lo ven: un cacharro de 14 toneladas de metal en medio del espacio, dirán ustedes, pero Víktor y Serguéi le habían tomado cariño al terruño, o latuño, como se diga, y el cariño es libre, como han demostrado Clinton, Lewinsky y Hillary, cada cual en su estilo, con su chupa-chup para tres. Adiós a la Mir. Se puso en órbita en 1986 con la previsión de que durara cinco años y, tras más de una década de investigación, se cierra no por inservible, sino por falta de presupuesto. Por más vueltas que se le dé, patria y dinero son concetos gemelos como dice Manuel Manquiña en Airbag.
No quisiera que estas bromas sobre el nacionalismo se entendieran como antigubernamentales. Ahora, a Aznar no le gusta que se bromee sobre el nacionalismo. El portavoz, Josep Piqué, aseguró ayer que el Gobierno desea reanudar cuanto antes el diálogo con ETA, Movimiento Vasco de Liberación Nacional, según lo denomina el presidente del Gobierno. Piqué dice que los anuncios de ruptura del diálogo por parte de ETA están motivados por el fracaso electoral de los partidos firmantes del pacto de Lizarra, y no, como dice ETA, por la utilización partidista que el Gobierno ha hecho del diálogo en la campaña municipal. Un poco pintoresco todo. El Gobierno polemiza públicamente, de tú a tú, con una banda terrorista en tregua. Córrase un tupido velo y que salga bien.
Si Aznar acaba con el terrorismo, ya ni hará falta convocar elecciones generales: que el PP se quede directamente los 350 diputados de las Cortes. El déficit ha caído del 4,5% al 1,8%; se está creando empleo; entramos en la moneda única; la economía crece por encima del 3% y se han asegurado las pensiones. ¡España va bien! "Por la coyuntura internacional", dice la oposición, como siempre.
Los españoles nos compramos casas y casas, invitados por Ana Botella: "Ahora las hipotecas son más baratas, y eso es bienestar, ¿no?". Diga usted que sí, señora, pero procure que nadie se lo recuerde si algún día, Dios no lo quiera, el descenso de las hipotecas tira de los precios y la vivienda se convierte en un problema.
Al PSOE, tras la dimisión de Borrell como candidato y su sustitución por Almunia, que había perdido las primarias contra Borrell, sólo le falta fichar a Louis van Gaal. "Otra vez la misma mierda", diría González, como dijo de Aznar y Anguita en un mitin. Se retira Anguita. Del todo. Las elecciones no serán lo mismo sin sus frases redondas, aunque la estrella de Izquierda Unida había languidecido bastante desde que desapareció el régimen dictatorial felipista y Aznar trajo la democracia a España. Qué cosas.
En resumen: un Gobierno del Partido Popular, apoyado en los nacionalistas, dirige un periodo de prosperidad económica, y negocia el fin de la violencia con la organización terrorista que hace sólo tres años quiso asesinar a José María Aznar, hoy presidente. ¿Quién lo hubiera dicho hace veinte, diez, cinco años? La única esperanza para el PSOE es que el 31 de diciembre se hunda la humanidad por causa del efecto 2000 y la historia sólo recuerde su dulce derrota de 1996.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.