La oposición exige por quinta vez que Aznar explique la situación de Irak

Mientras José María Aznar viajaba ayer por tierras castellanas y culminaba su jornada con un mitin en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), los portavoces de la oposición le reclamaba en la Diputación Permanente su presencia inmediata en el Congreso para dar cuenta de la grave situación que se vive en Irak y sus implicaciones para las tropas españolas allí destacadas. El PP hizo uso de su mayoría absoluta y, con el apoyo de Coalición Canaria, rechazó la comparecencia de Aznar en un pleno extraordinario. Irá "cuando lo crea oportuno", contestó el portavoz del PP, Gustavo Arístegui. La oposición al completo, incluida CC, firmó a renglón seguido una quinta petición emplazando al presidente.

Gustavo Arístegui (PP): "La oposición intenta revitalizar un debate político que ya ha perdido"

Zapatero: "Aznar es el más autoritario, el más cobarde y el que más desprecia la democracia"

La de ayer fue la crónica de la indignación de una oposición unida, que ve cómo Aznar abre el curso político con dos mítines partidistas -el lunes, en Ciudadela (Menorca) y ayer en Quintanilla de Onésimo (Valladolid)- en los que se dedica a vapulearla y elude, por cuarta vez ya este verano, comparecer en el Parlamento para hablar de Irak. El PSOE, IU, CiU, PNV y Grupo Mixto querían que acudiera este mismo mes para dar cuenta de lo que consideran un problema de primer orden, la "peligrosa presencia" de 1.300 soldados españoles en Irak, como parte "de la misión de un ejército de ocupación" en la que acaba de perder la vida el capitán de navío Manuel Martín-Oar.

Las anteriores peticiones rechazadas se produjeron el 17 de julio; el 29 de julio y el 19 de agosto. Al finalizar la sesión, consumada la cuarta negativa del PP y Coalición Canaria a un comparecencia de Aznar en periodo de vacaciones, los portavoces de todos los grupos de la oposición posaron ante las cámaras con el anuncio de una nueva petición de comparecencia, la quinta -a la que se ha sumado el grupo canario- para que Aznar acuda al Congreso en la primera sesión plenaria del Congreso, dentro del periodo ordinario de sesiones, que se celebrará dentro de 15 días.

El propio secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se presentó en la sesión de la Diputación Permanente del Congreso para tratar de resaltar la ausencia de Aznar, aunque quien tomó la palabra fue el portavoz, Jesús Caldera. Zapatero se reservó la censura a la actitud de Aznar para el final de la sesión, en los pasillos: "De los tres líderes que convocaron la guerra en las Azores, hay dos que dan la cara, Bush y Blair, ante sus opiniones públicas y sus Parlamentos. El único que no da la cara es Aznar. Además, es el único que se ha atrevido a decir que la oposición cifra sus esperanzas políticas en la muerte de soldados".

Zapatero empleó un tono de gran dureza. La diferencia de comportamiento entre Bush y Blair y Aznar, aseguró, se debe a que el presidente del Gobierno "es el más autoritario, el más cobarde y el que más desprecia la democracia". "La paciencia de muchos españoles se está colmando y, desde luego, la mía. Aznar, con esta actitud, se está pasando de la raya cada día y está llevando a una situación muy preocupante la vida parlamentaria", dijo el líder del PSOE.

Era el broche a una sesión en que todos los portavoces centraron su intervención en la ausencia de Aznar. "Bush ha interrumpido sus vacaciones ante la gravedad de la situación en Irak. Blair ha comparecido en el Parlamento británico. El problema de Aznar es de democracia. Nos preguntamos si su concepción patrimonialista de la Constitución es la nuestra", dijo Gaspar Llamazares, coordinador de IU.

El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, insistió en que "el debate es ahora el de Irak, donde la situación es muy grave, pero Aznar sólo interrumpe las vacaciones para hablar del País Vasco". Ramón Companys, portavoz de CiU, argumentó que los interrogantes que plantea la presencia de "un contingente militar español en Irak tan numeroso" hacen "imprescindible la presencia de Aznar en el Parlamento".

Joan Saura, de Iniciativa per Catalunya, en nombre del Grupo Mixto, se preguntó: "¿Qué más tiene que pasar para que el presidente del Gobierno acuda al Parlamento?", en alusión a la muerte en Bagdad del capitán de navío español Martín-Oar, la pasada semana. "Estamos", dijo, "ante una cuestión de funcionamiento democrático".

Caldera, en nombre del PSOE, elevó la tensión al criticar la acusación de Aznar de que la oposición desea el regreso de soldados en féretros como "la vileza y la acusación más grave que en este país se ha dicho en democracia".

A Gustavo Arístegui le tocó el papelón de justificar, en nombre del PP, la ausencia de Aznar. Para ello no le quedó otro remedio que hacer la cuadratura del círculo: desdramatizar la situación de Irak, al día siguiente de que Bush interrumpiera sus vacaciones y cuando las bajas estadounidenses de la postguerra ya superan las registradas durante el conflicto bélico, como le recordó la oposición.

Arístegui dijo que lo único nuevo que había pasado desde la última reunión de la Diputación Permanente, el martes de la pasada semana, era el atentado contra la sede de la ONU en Bagdad. Insistió en que la no intervención en Irak no hubiera evitado el terrorismo, cuyos principales causantes son los islamistas radicales. Era la réplica a la oposición, que recordó que antes de la guerra no había atentados terroristas en Irak. Pero para el portavoz del PP "la oposición quiere revitalizar un debate político que ya ha perdido".