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Los problemas de caja disparan la deuda en los presupuestos de 2002

Los 99 millones previstos para el conjunto del ejercicio se elevan a 500 en la liquidación

Las Cortes Valencianas autorizaron al Consell a endeudarse en 99 millones de euros durante el año 2002. El margen no se alteró a lo largo del ejercicio. Sin embargo, la liquidación del presupuesto eleva a 509 millones de euros los ingresos reales en el capítulo de pasivos financieros. Hacienda multiplicó por cinco la deuda autorizada por el Parlamento autonómico porque el nuevo sistema contable asimila los desfases de caja, deudas a corto plazo, con las emisiones de obligaciones, deudas a largo plazo.

El debate de los presupuestos de la Generalitat se prolonga durante dos largos meses en las Cortes Valencianas. Los portavoces cargan de contenido político el destino previsto para cada partida de las cuentas públicas. El destino real de los fondos no genera el mismo debate, pero revela la gestión real.

La cuenta general de los presupuestos de 2002, publicada en pleno mes de agosto, revela, en primer lugar, las tensiones de tesorería que atraviesa la Generalitat. El margen autorizado para pedir dinero prestado, cifrado en 99 millones, se multiplicó por cinco, hasta 509 millones, debido al desfase de la caja de la Generalitat. El nuevo sistema contable que la Generalitat valenciana ha introducido con años de retraso y que ha sido reiteradamente reclamado por la Sindicatura de Comptes es mucho más "restrictivo" que el anterior, en palabras de un alto cargo de Hacienda. Los desfases de caja, aun a corto plazo, obligan a recurrir al crédito y generan intereses, como cualquier otro pasivo financiero.

El baile de ingresos se extiende a otros capítulos. La previsión de ingresos por impuestos indirectos, esencialmente derivados de la compra y venta de inmuebles, tuvo que reducirse en 92 millones de euros. Y arrastra pendientes de ingreso otros 100 por diferencias en las tasaciones que aplica la Generalitat.

El Estado sigue siendo mal pagador, a tenor de los ingresos pendientes de cobro en el capítulo de transferencias corrientes. La Generalitat tenía previsto ingresar casi 2.600 millones de euros. Los derechos reconocidos se quedaron por debajo de 2.500 millones. De los cuales quedaban pendientes de ingreso a finales del año pasado 375.

Más flagrante es la cantidad pendiente de ingreso en el capítulo de transferencias de capital, los fondos destinados a costear inversiones. Una previsión inicial de 343 millones se modificó al alza en un tercio hasta los 465 millones de euros. El Consell logró que se reconocieran ingresos derivados de ese capítulo por un total de 365 millones, pero apenas cobró 115. El Estado dejó pendiente el pago de 250 millones de euros a finales de diciembre. Además, el Consell anuló casi 90 millones de ingresos en el capítulo de inversiones.

La contrapartida de las reducciones de ingresos para inversiones es patente en los cierres generales de las cuentas de gastos. La Consejería de Obras Públicas, hoy de Infraestructuras, el área inversora del Consell por naturaleza, mantenía pendientes de pago 360 millones de euros en diciembre de 2002, más de la mitad de los gastos comprometidos a lo largo de todo el ejercicio que sumaban en conjunto 635 millones.

Gerardo Camps, consejero de Hacienda, evitó comentar ayer la multiplicación de los ingresos a crédito en los presupuestos del 2002. Pero sí insistió en establecer diferencias, "porque no son homologables", entre la deuda de la Generalitat contabilizada por el Banco de España a finales de 2002, que se elevaba a 6.875 millones de euros, y la situación patrimonial de la Generalitat, reflejada en el balance que recoge la cuenta general, cuyos saldos acreedores sumaban 7.968 millones de euros.

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