De la situación laboral y el paro
Día tras día no dejo de sorprenderme cuando oigo a los cargos de nuestro Gobierno repetir la mejora que se ha producido en las cifras del paro y en la creación de nuevos empleos. Tengo 26 años y soy ingeniero de telecomunicación, aunque hasta el momento he trabajado como programador.
Hace dos años y medio me trasladé a vivir a Viena sin tan siquiera tener conocimiento del idioma alemán, aunque por suerte me defiendo en inglés. Al mes y medio de estar allí me encontraba ya trabajando después de haber obtenido cuatro entrevistas y rechazar una de las dos ofertas que me fueron realizadas. En diciembre del año pasado tuve la oportunidad de regresar a España. Desde entonces he perdido ya la cuenta de los currículos que he enviado y, sin embargo, tras ocho meses, no he conseguido ni una sola entrevista de trabajo.
Varios de mis amigos, todos universitarios, llegan a trabajar a menudo 12 horas diarias con un sueldo a veces inferior a los 1.000 euros. Otros ven cómo despiden a la mitad de sus compañeros para ofrecerles después de un mes un contrato temporal. Mi madre, trabajadora de Telefónica, todavía no sabe qué va a ser de ella con el recorte de plantilla.
Y aun con todo, tengo que escuchar que en Madrid estamos mejor ahora que hace ocho años cuando el PSOE salió del Gobierno de la Comunidad. Para Esperanza Aguirre parecen sólo contar las cifras estadísticas, que ya me gustaría saber cómo se obtienen. Quizá el paro haya descendido, pero a cambio hemos obtenido un aumento de la jornada laboral, un incremento desmesurado de contratos basura, salarios más bajos y la inseguridad de si mañana estaremos todavía en nuestro puesto de trabajo o no, apoyadas las empresas en la filosofía del despido libre.
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