La Ertzaintza tolera dos de las tres concentraciones de Batasuna
PSE y PP acusan al Gobierno vasco de "hipocresía" y "chalaneo"
La Ertzaintza toleró ayer dos concentraciones de Batasuna en Bilbao y San Sebastián, pero impidió la de Vitoria, al tiempo que el Cuerpo Nacional de Policía atajó la que se iba a celebrar en Pamplona. La asistencia a las protestas con motivo del primer año de la ilegalización de Batasuna fue llamativamente escasa: 300 personas en total. El PSE tildó al Gobierno vasco de "hipócrita", y el PP le acusó de "chalaneo".
La policía vasca impidió la concentración de Vitoria, pero en Bilbao y San Sebastián se limitó a desplazar a los reunidos un centenar de metros, donde les permitió permanecer con sus pancartas. Interior no se pronunció sobre la celebración de estos actos, ya que un portavoz del departamento se limitó a señalar que se impidieron las concentraciones frente a las sedes de Batasuna "con los dispositivos policiales correspondientes". La Ertzaintza obstaculizó con dotaciones antidisturbios el acceso a las calles donde se ubican las sedes en las tres capitales vascas, pero en ningún caso hubo cargas.
La respuesta fue llamativamente escasa y no más de 300 personas en total respondieron en las tres capitales vascas y Pamplona a la llamada de la formación ilegalizada contra su situación, para la que intenta acuñar el término de apartheid [segregación racial, especialmente la establecida en la República de Suráfrica por la minoría blanca] político. La concentración de Vitoria era la única expresamente prohibida por el Departamento de Interior, porque las otras ni siquiera fueron comunicadas.
En Vitoria, sólo una treintena de personas se acercó hasta las inmediaciones de los locales cerrados por orden del juez Baltasar Garzón. El jefe al mando del operativo policial comunicó que el acto estaba prohibido y concedió tres minutos para que los concentrados se dispersaran. Luego dio la orden a sus agentes de marchar hacia los concentrados y sacarlos de la calle. Los ertzainas arrastraron en su marcha a una joven, que cayó al suelo, lo que provocó las protestas de los concentrados, que mientras se dispersaban lanzaron gritos de "mercenarios", "PNV traidor", "PNV español" y "Batasuna Aurrera [Adelante Batasuna]".
Unas 100 personas acudieron a la convocatoria de Bilbao, donde una veintena de agentes de la Ertzaintza se apostaron en el lugar para evitar una concentración que Interior consideró ilegal por no haber sido comunicada con antelación. Después de que los agentes solicitaran a los concentrados que abandonasen el lugar, hubo momentos de tensión cuando varias decenas de los asistentes se encararon a los ertzainas, que les empujaban calle arriba. Se escucharon gritos de "Demokrazia Euskalherriarentzat [Democracia para Euskal Herria]" y críticas al plan Ibarretxe.
La parlamentaria Jone Goirizelaia negoció con el agente al mando que la concentración se realizase 100 metros más allá, donde los convocados permanecieron 15 minutos, tras una pancarta en la que podía leerse No Apartheid, autodeterminación. Al término del acto, los concentrados gritaron vivas a Batasuna.
En San Sebastián, Joseba Permach y otros dirigentes de la formación ilegalizada desplegaron una pancarta con el mismo lema de Bilbao. Un mando de la Ertzaintza comunicó a Permach que la concentración era ilegal y que debían disolverse. El portavoz de la extinta Batasuna recriminó al policía por hablarle en castellano. Los simpatizantes de la izquierda abertzale, algo más de un centenar, permanecieron concentrados durante media hora coreando consignas a favor del partido ilegalizado y en contra del PNV.
En Pamplona, la Policía Nacional impidió el acceso a la plaza donde está la sede clausurada, y atajó conatos de manifestación en calles cercanas, informa Mikel Muez.
A la vista de este panorama desigual, el PSE tildó la doble posición del Gobierno vasco de "hipócrita" y le acusó de no tener una voluntad decidida para impedir actos de los ilegalizados, mientras el PP le acusó de "chalaneo". Por su lado, el PNV se mostró convencido de que había actuado "con acierto" y "ecuanimidad" para impedir "males mayores" dentro de la "complicada" situación vasca.
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