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El Gobierno murciano denuncia el deterioro del servicio de Renfe

Percances y averías suceden a los accidentes de Tobarra y Chinchilla

Los accidentes de tren de Tobarra, en enero, y Chinchilla, en junio, han marcado un paulatino deterioro del servicio ferroviario entre Madrid y Cartagena, trayecto que en lo que va de verano acumula más de una veintena de averías en las locomotoras, así como un sinfín de problemas a los pasajeros, sobre todo en lo relativo al aire acondicionado de los trenes. En los últimos días las locomotoras han sufrido tres percances.

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Ha sido precisamente el estado actual de las máquinas de los trenes de esta línea lo que ha hecho que el presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, del Partido Popular, rechace "la utilización" por parte del Ministerio de Fomento de la construcción del AVE de Levante como "parapeto" para no mejorar el tren convencional.

El ferrocarril convencional tiene infraestructuras y servicios "mediocres e insuficientes", según explicó el propio presidente murciano. Valcárcel agregó que hasta que se produjeron los accidentes "los trenes cumplían su papel, pero ahora hay muertes de por medio", por lo que reiteró su petición al Gobierno de Aznar para que ponga fin a los problemas.

Estos vienen por la falta de máquinas diesel, según reconoció el consejero de Obras Públicas de Murcia, Joaquín Bascuñana, quien explicó que en la actualidad "no hay locomotoras suficientes" para mejorar el transporte ferroviario. "La máquina del accidente de Tobarra está inmovilizada y la de Chinchilla ha desaparecido. Hemos solicitado nuevas máquinas, pero desde Renfe nos dicen que llegarán a medio plazo".

En la actualidad sólo hay tres locomotoras destinadas a la línea Madrid-Cartagena, cuando antes de los accidentes de Tobarra y Chinchilla había cuatro. Esto hace que las máquinas se estén sobreutilizando, "por lo que apenas hay tiempo para repararlas. Lo que explica que cada vez haya más incidentes", manifestó Antonio del Campo, secretario de Organización de CC OO y miembro del Consejo de Administración de la empresa.

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Según este sindicalista, cada una de las máquinas del Talgo realiza tres trayectos al día, por lo que sólo están tres horas paradas en Madrid, o el fin de semana, periodo en el que únicamente se hacen reparaciones de urgencia en los talleres de Renfe.

La falta de medios ha llegado al extremo de que el 18 de agosto los operarios de Renfe tuvieron que recurrir al tractor de maniobras, habitualmente destinado a los cambios de vía de los trenes y que no supera los 100 kilómetros por hora, para realizar un trayecto de unos 90 kilómetros de distancia, en el que más de 200 pasajeros padecieron un retraso de casi tres horas.

Otro de los incidentes que ha provocado mayor indignación fue la avería sufrida en una de las dos cabinas de una locomotora en Murcia, que era necesaria para el trayecto de vuelta, ya que la estación no dispone del dispositivo para cambiar la orientación de las máquinas. Ante la imposibilidad de dar la vuelta a la locomotora para que el maquinista estuviera en la cabeza del tren y pudiera conducir el mismo, Renfe optó por desviar el convoy hasta la provincia de Alicante y dar marcha atrás durante más de cuatro kilómetros para continuar el viaje hacia Madrid, lo que provocó un retraso de más de media hora al final del trayecto.

CC OO ha recogido las quejas de trabajadores, maquinistas y mecánicos, que dan cuenta de que cada día se producen nuevos incidentes en las máquinas, "ya que no hay tiempo para solventar los problemas que se detectan".

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