Los vecinos de Coín se temen "lo peor", según su alcalde
En cuanto un grupo de voluntarios comunicó que habían encontrado un cuerpo a escasos kilómetros de Coín (Málaga) se acordonó la casa de la familia Carabantes Guzmán. Todavía no había nada confirmado, pero el alcalde, Gabriel Clavijo, se temía "lo peor". Desde el pasado jueves, fecha de la desaparición de Sonia Carabantes, los padres han recibido apoyo de una psicóloga y las frecuentes visitas de un médico y un ATS de Protección Civil.
Atendieron a los medios de comunicación hasta pasadas las once de la mañana de ayer, hora en la que José María Carabantes, el padre, aseguraba que "de la tardanza podía esperarse una tragedia".
El lunes pasado, el hermano mayor asumió la portavocía de la familia para liberar a sus padres del "cansancio" y la "presión". Los hermanos, Antonio (27) y José María (23), llegaron el sábado por la noche de Suiza, lugar donde vivía la familia hasta hace dos años. Los vecinos comentaban durante los rastreos que querían mudarse "antes de que Sonia se echara novio". Los hermanos, con "la vida hecha ya" en el país en que crecieron, prefirieron quedarse.
Las amigas de Sonia permanecen recluidas. Temen que el responsable de la desaparición sea alguien que conoce la zona. Desde el jueves, han surgido una gran cantidad de pruebas y rumores. El primer día, además del teléfono móvil, el zapato y el bolso de Sonia, encontrados muy cerca de la casa de Sonia, se encontró un mechón de pelo "castaño", según los voluntarios, mientras que el cabello de Sonia "es negro" según sus amigas.
Las pistas aparecían por distintos derroteros. Una de las principales líneas de investigación la inició el hallazgo de una toalla y las piezas de un coche en una zona de sierra tres kilómetros al noreste de Coín. Se sumó la declaración de una vecina que dijo haber visto circular un coche blanco a gran velocidad el mismo día. La otra línea surgió de un pantalón vaquero, de características similares al que llevaba Sonia. Encontraron la prenda en la carretera de Marbella, al suroeste de Coín. La policía judicial no se pronunció sobre la prenda. La madre dijo "no estar segura" que fuera de su hija.
En los últimos días se han acercado al lugar varias videntes que habían recibido "pálpitos" sobre la joven. La Guardia Civil revisó algunos de los lugares que les indicaron.
Ayer, el pueblo estaba en silencio. Los coches pasaban, algunos mantenían el cartel que anunciaba la desaparición de Sonia Carabantes, otros lo habían arrancado. El dispositivo de búsqueda se mantenía, pero los voluntarios estaban sentados. "Sólo nos queda esperar", decían.
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