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Reportaje:ASTE NAGUSIA

El cetáceo 'dell'arte'

La cabalgata de la ballena se consolida como un clásico de la Aste Nagusia con su tercer desfile, repleto de color

Iker Seisdedos

Una gran ballena quedó ayer varada en Bilbao por tercer año consecutivo. Para celebrarlo, grupos de teatro callejero, malabaristas y equilibristas la tomaron en volandas y la pasearon por las calles del centro de la ciudad. Formaban parte de la cuadrilla de la ballena, un hinchable de 12 metros de longitud, que ya se ha convertido en una de las imprescindibles de la Aste Nagusia, desde que en 2001 sorprendió a todos en su primer desfile.

La cabalgata de este año volvió a ser una fiesta para los sentidos. Al paso de los animales de colores, las bocas de los niños quedaron abiertas. Apostados por toda la Plaza Circular, iban de sorpresa en sorpresa. Señalaban con el dedo las comitivas, que afluían de cuatro calles que desembocan en la plaza, para unirse en una sola corriente que discurrió tras el gran cetáceo por la Gran Vía hasta el Sagrado Corazón.

El grupo de percusionistas La Banda del Surdo aporreó sus tambores para dar la bienvenida a la ballena azul con grandes pintas amarillas. Expulsaba agua por un orificio en el lomo, orgullosa como Moby Dick, la temible ballena blanca de Melville. Tras ella, cuarenta voces del Orfeón

San Antón Abesbatza de Bilbao celebraron su llegada con música coral.

"Mira, ama, por allí", gritaban los niños. Insectos, arañas, mariposas venían zumbando por la calle Buenos Aires. Manipulados por los componentes del grupo Sarruga, que iban a pie o en bicicleta, acercaban a los más pequeños sus ingenios. Muchos se escondían tras sus padres y algunos lloraban del susto. "Son sólo muñecos, Iñigo", trataba de apaciguar una madre a su hijo.

Tras el rastro de los insectos, apareció un rinoceronte verde. Sobre su lomo, una bailarina de ballet saludaba lánguida al público, que recibía con gusto el confeti que llovía sobre sus cabezas.

A esas alturas del desfile, los asistentes ya tenían opiniones formadas y dispares. "El de este año ha sido el mejor", señalaba una madre en la treintena. "La sorpresa fue el primer desfile. Ahora ya no es lo mismo", opinaba su pareja.

Estaban en primera línea, a escasos metros de los bailarines zancudos con vestidos entre venecianos y siderales que daban brincos. Danzaban al ritmo de una banda de viento y entre dos grandes toros hinchables de cuernos multicolores que surcaban por encima de las cabezas del público.

Con la vista clavada en el cielo, pocos advirtieron que el grupo Artristas había tomado la plaza. Una traca de petardos abría el paso a sus integrantes que portaban pértigas con soles y aves anaranjadas.

Entonces, llegó el momento culminante, la coda de la cabalgata. Una enorme mantis de metal dorado entró por la izquierda. Despedía una música jungle, interpretada por un guitarrista y un teclista, encaramados al insecto.

Cerraron el defile dos dragones voladores que peleaban por los aires, en el otro lado de la plaza. Con ellos, venían elefantes y patos hinchables, que los integrantes de Plasticiens Volants echaban sobre el público. Por la Gran Vía y hasta donde la vista alcanzaba, se veía el transcurrir del desfile. Y con él, las bocas abiertas y las risas de los niños.

QUÉ HAGO HOY

En Vista Alegre, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y los toreros Antonio Ferrera, Juan Diego y Antón Cortés lidiarán toros de las ganaderías Alcurrucén y Murube (18.00). Los niños y niñas tienen una cita una hora después con el teatro de guiñoles de la compañía Títeres Trompicallo y su espectáculo 'Jiñol' en el 'txikigune' del Muelle de Ripa (19.00). Continúa el certamen de fuegos artificiales orientales con una muestra de la pirotecnia japonesa Marutamaya (22.30). Los amantes del cine podrán disfrutarlo al aire libre en el pase de la película Spiderman en la parte trasera de la Estación de Abando (23.15). En las principales citas musicales del día se cantará en español: Conciertos del colombiano Juanes y el argentino Coti en Zorrozaurre (23.30) y Antonio Vega en Uribitarte (0.30).

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.

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