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Reportaje:VIVIR MEJOR

Verduras a domicilio

Aumentan las empresas que ofrecen productos ecológicos que van del campo al domicilio

La comida se ha convertido en un problema. No porque escasee -en una sociedad rica como la nuestra la oferta es amplia y abundante-, sino porque su calidad deja mucho que desear. La mayoría de consumidores del área metropolitana de Barcelona, por ejemplo, llevan años sin saber a qué sabe un tomate, aunque posiblemente lo consuman a diario. Con tanto escándalo alimentario -desde las vacas locas hasta los productos transgénicos- cada vez son más las personas que optan por buscar alternativas seguras y ecológicas que les aseguran en el gusto y, sobre todo, un origen claro y controlado. El problema es que los productos ecológicos suelen ser más caros y resultan complicados de conseguir.

Pero hay sistemas. Cada vez abundan más las cooperativas, asociaciones o pequeñas empresas que optan por facilitar el trabajo y ofrecen verduras de temporada que sirven directamente en el domicilio del cliente. Joan Castellà es un agricultor de Amposta, hijo y nieto de agricultores, que hace unos 10 años, tras realizar un cursillo de agricultura ecológica, decidió reorientar su explotación familiar. Ahora trabajan en la pequeña empresa unas siete personas. Sirve cajas de verduras a unas 200 familias. Los precios, explica, varían en función de la zona y de la cantidad. En los pueblos del Baix Ebre y el Montsià, por ejemplo, las cajas pueden ser más pequeñas y cuestan desde nueve euros. En la zona de Tarragona y en Barcelona son cajas estándares, que incluyen fruta de otras explotaciones ecológicas, y pueden costar entre 23 y 26 euros. Cada semana o cada 15 días, según las preferencias, a sus clientes les llega una caja con unas siete verduras de temporada en las que, por ejemplo, en verano se incluyen siempre tomates, lechuga, cebollas y, cuando las hay, judías verdes. Después, cada semana varía el resto por lo que unas veces habrá berenjenas y calabacín, en otras acelgas... "Todas las verduras son ecológicas, es decir, no tienen ningún tipo de residuo químico ni tampoco productos orgánicos que puedan resultar perniciosos, y están controladas por el organismo oficial que certifica la agricultura ecológica", explica Joan Castellà, que cuenta con orgullo que este año ha recibido una medalla de la Generalitat "por el desarrollo de una agricultura ecológica de gran calidad, así como por el sistema de comercialización establecido para servir desde el campo hasta el domicilio del cliente los 35 productos que cultiva y por la utilización de material reciclable en toda la distribución".

Una de sus clientes, Nele Escartín, vive en un pequeño pueblo del Penedès en el que incluso se ha creado una pequeña asociación de vecinos que intentan comprar juntos los productos para conseguir precios más baratos. Son vegetarianos y consumen no sólo verduras, que compran por diferentes medios, sino también cereales, conservas y otros productos. "Siempre me ha preocupado el asunto, pero cuando tienes hijos se acentúa porque te interesa que coman sano", comenta. "Ahora se produce un gran desastre en el ámbito de la nutrición, con las porquerías que intentan hacernos comer; incluso salen publirreportajes de supuesta comida sana que resulta ser de Macdonalds; por eso, aunque sea un poco más caro, creo que merece la pena apoyar a estas pequeñas empresas que buscan hacer una agricultura ecológica y de calidad". Ella es también clienta de Biospirit, una empresa de Sant Gregori, en Girona, que importa y distribuye cereales biológicos que compran a granel y envasan en España. "Hace 10 años que funcionamos, y hemos pasado de tener una nave de 200 metros cuadrados a otra de 2.500 porque cada vez hay mayor demanda", indica Roose Sturm, hija del propietario de la empresa, que dispone también de una casa rural en Granollers de Rocacorba en la que ofrecen cursos de cocina.

Hay otras muchas empresas que se dedican al servicio campo-domicilio. Ariadna Papió, por ejemplo, recurre a la empresa Recapte, de Lleida, en la que es preciso comprar como mínimo cuatro entregas de una caja de frutas y verduras cada semana o cada 15 días al precio global de 96,3 euros. "La verdad es que creo que merece la pena utilizar este sistema no sólo porque te aseguras de que son productos ecológicos", afirma, "sino, sobre todo, por el placer que da el volver a degustar el verdadero sabor de las verduras y hortalizas".

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