_
_
_
_

La Ertzaintza permite que se celebre en otro lugar el acto prohibido por los jueces

Maribel Marín Yarza

La Ertzaintza permitió ayer que la izquierda abertzale celebrara en la plaza de la Constitución de San Sebastián un acto no autorizado en homenaje a la ikurriña, tras impedir, bajo la amenaza de una carga inmediata, que la concentración se desarrollara en el lugar previsto, ante el Ayuntamiento, situado a unos 200 metros. No es la primera vez que la policía vasca hace la vista gorda ante un acto del entorno de Batasuna no autorizado, tras frenarlo en un primer momento. En otras ocasiones, como el pasado 8 de septiembre, el Departamento de Interior justificó esta actuación alegando que una intervención policial podría provocar males mayores que los que se pretendían evitar. Ayer no ofreció ninguna explicación.

El acto, convocado para las 12.00, había sido prohibido por Interior y un tribunal confirmó el jueves su decisión, tras elegar el riesgo de que se produjeran desórdenes. Pese a ello, alrededor de un millar de personas, muchas de ellas enarbolando ikurriñas se concentraron en el Boulevard donostiarra, entre un mar de gente que disfrutaba del día grande de las fiestas.

Llegada la hora, la Ertzaintza, que desplegó al menos ocho furgonetas y un helicóptero, formó un cordón disuasorio ante las protestas airadas de de los concentrados. El dirigente de la ilegalizada Batasuna, Joseba Permach, con la pancarta Stop al fascismo enrollada en la mano, hizo un amago de aproximarse al Ayuntamiento, pero un mando policial salió a su encuentro y le recordó que el acto no estaba autorizado. "Sólo queremos realizar una concentración silenciosa de diez minutos", rogó Permach y, tras consultarlo, el agente regresó con una negativa.

Ante la amenaza de cargar,los manifestantes dieron media vuelta y caminaron en manifestación hacia la plaza de la Constitución. Allí, bajo la exclusiva vigilancia del helicóptero policial, Permach subió a un escenario habilitado para las fiestas y lanzó un discurso contra la bandera española -"que significa el apartheid y la falta de la libertad", dijo- y la Ertzaintza.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_