Grandes ciudades del este de EE UU y de Canadá sufren un gigantesco apagón
El Gobierno de Bush descarta una acción terrorista y achaca el colapso a un fallo técnico
El noreste de Estados Unidos y el sur de Canadá sufrieron ayer uno de los apagones más graves de su historia. Nueva York, Cleveland, Detroit, Ottawa y Toronto fueron algunas de las ciudades completamente paralizadas: los aeropuertos dejaron de funcionar, los ferrocarriles se detuvieron en los túneles, los teléfonos callaron y millones de personas salieron a la calle, incomunicadas y sudorosas, para caminar o simplemente esperar. El Gobierno estadounidense atribuyó el desastre a algún tipo de fallo técnico en el gigantesco generador de Niágara-Mohawk y descartó, en principio, una acción terrorista.
El apagón se produjo en un difícil momento económico. Para pequeños negocios como los restaurantes, el corte eléctrico supuso perder una de las mejores noches de la semana y todos los alimentos guardados en la nevera; los cines, los teatros de Broadway y muchos bares se vieron obligados a cerrar.
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