El Parlamento liberiano aprueba la dimisión del presidente Taylor
El Parlamento de Liberia aprobó ayer por amplia mayoría aceptar la dimisión del presidente, Charles Taylor, y su sucesión en el poder por el vicepresidente, Moses Blah. Taylor evitó presentarse ante el Parlamento como estaba previsto para anunciar oficialmente su salida. Sin embargo, su portavoz, Vanii Passewe, señaló que el presidente mantiene su palabra de dimitir el próximo lunes, 11 de agosto. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, afirmó ayer que espera que Taylor abandone el poder "en un futuro cercano".
Un punto espinoso en la salida de Taylor y su posible exilio en Nigeria son sus cuentas pendientes con la justicia internacional por su apoyo a las fuerzas rebeldes en el sangriento conflicto que azotó a la vecina Sierra Leona. El antiguo señor de la guerra busca ahora evadirse de las acusaciones de crímenes contra la humanidad del Tribunal Especial Internacional de Sierra Leona. "Si Taylor deja Liberia y recibe asilo en Nigeria, esto no retira las acusaciones", dijo Powell. "Se convierte entonces en un asunto entre Taylor y el tribunal de la ONU para Sierra Leona".
Por su parte, los rebeldes, acusados por las organizaciones humanitarias de cometer numerosas violaciones a los derechos humanos en su lucha contra Taylor, aprueban que el presidente eluda la justicia: "Estamos de acuerdo en que se quiten los cargos contra él si eso puede traer la paz, si eso puede hacer que se vaya de Liberia", afirmó Sekou Damate Conneh, líder de la principal facción rebelde.
En Monrovia, las tropas de pacificación africanas se internaron ayer por primera vez en el centro de la ciudad. El contingente de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (CEDEAO) fue recibido calurosamente por la población, víctima desde junio pasado de los violentos combates entre los rebeldes y los hombres de Taylor, que han dejado cerca de 2.000 muertos. Las tropas de la CEDEAO se incautaron ayer de un cargamento de armas destinado, aparentemente, a las tropas leales a Taylor. La ONU decretó en 2002 un embargo de armas contra el Gobierno liberiano por el apoyo que éste brindó a los rebeldes de Sierra Leona durante la guerra civil.
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