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Las primeras tropas de la fuerza de paz africana se despliegan en Liberia

Los habitantes de Monrovia, asediada por los rebeldes, reciben con alegría a los soldados

El primer contingente de una fuerza de paz africana, largamente esperada, llegó ayer para supervisar la salida de Liberia del presidente Charles Taylor y ayudar a poner fin a años de conflicto. Dos helicópteros con 40 soldados nigerianos aterrizaron en el aeropuerto principal mientras que se esperaba la llegada de cerca de 60 soldados más hacia el final del día, hasta completar el próximo fin de semana un batallón de 770 hombres. Las calles de Monrovia, más calmadas que los días precedentes, dieron la bienvenida a la llegada de las tropas.

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La noticia de la llegada de las fuerzas de paz fue recibida con celebraciones en toda la ciudad. Residentes de la zona del puerto, controlado por los rebeldes, escucharon los festejos y vieron a los insurgentes disparar ráfagas para celebrar la llegada de las fuerzas de Nigeria. Este país ha aportado 1.500 soldados a una fuerza de paz multinacional que crecerá eventualmente hasta unos 3.250 hombres e incluirá soldados de otros países de África del Oeste, incluyendo Mali, Ghana y Senegal. Los soldados que llegaron ayer partieron desde una base militar en la vecina Sierra Leona. Los 40 nigerianos se asentaron ayer en un campamento en el aeropuerto y no se esperaba que se desplazaran hacia ningún lugar cercano a las líneas del frente, según fuentes militares.

Las calles de Monrovia se encontraban más tranquilas que en los días previos, aunque se escuchaban disparos intermitentes procedentes de la zona cercana a los dos puentes principales que conducen al centro de la capital, epicentro de los combates más duros.

Soldados de leales a Taylor, situados en el lado sur de los puentes, dicen que dan la bienvenida a las fuerzas de paz y que están ansiosos por poner fin a la lucha. Muchos de ellos sostienen que están dispuestos a usar camisetas blancas para recibir a la fuerza internacional. "Las tropas gubernamentales le darán la bienvenida y trabajarán con ella codo con codo", dice Teeta Wilson, de 29 años, una soldado del Gobierno y madre de dos niños. Otro soldado alineado en el lado gubernamental del puente dice que está dispuesto a hacer un gesto a favor de la paz. "Tan pronto como los vea me quitaré mi camiseta negra y me pondré la blanca", afirma Charles Julu, de 29 años, con un AK-47 colgado del hombro.

Un voluntario ayuda a enterrar a 66 civiles en una fosa común a las afueras  de Monrovia.
Un voluntario ayuda a enterrar a 66 civiles en una fosa común a las afueras de Monrovia.ASSOCIATED PRESS

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