El suicidio del hijo del fundador agrava la crisis del grupo coreano Hyundai
Chung Mong Hun estaba siendo investigado por desvío de dinero a Corea del Norte
El suicidio de Chung Mong Hun, uno de los cinco hijos del fundador del imperio Hyundai, ha agravado la crisis de este grupo coreano, que ya se dividió en 2000 tras sucumbir en la crisis asiática. Chung se lanzó desde la ventana de su oficina de la duodécima planta en Seúl, días antes de comparecer ante la Fiscalía por su presunta implicación en un escándalo político por el desvío de 500 millones de dólares a Corea del Norte a raíz de la cumbre intercoreana de junio de 2000. El fallecido presidía el grupo Hyundai y, también, Hyundai Asan, consorcio que invertía en el país vecino.
Chung, de 54 años, y principal heredero del imperio Hyundai, dejó escritas dos notas de cuatro páginas cada una en las que se llamaba a sí mismo "estúpido", pero en las que no explicó realmente los motivos de su decisión. En la segunda, destinada a su mujer e hijos, les pedía que sus cenizas fueran esparcidas por el monte Geumag, en Corea del Norte, según la versión oficial de la policía.
Y es que el fallecido había decicado todos sus esfuerzos a estrechar lazos económicos con el vecino del norte. Presidía Hyundai Asan, una filial encargada de realizar todo tipo de proyectos de inversión en Corea del Norte. Precisamente estaba a la espera de declarar ante la Fiscalía del Estado que investigaba el desvío de 500 millones de dólares con destino a autoridades de Corea del Norte, con motivo de la histórica cumbre de junio de 2000 entre ambos países, divididos desde la guerra de la década de los cincuenta.
El dinero pagado por Hyundai estaba supuestamente destinado a asegurarse la adjudicación en el sector de turismo, un parque industrial, la construcción de presas y aeropuerto y otros proyectos en Corea del Norte.
Cuando fue interrogado en el marco del proceso judicial al Gobierno de Kim Dae Jung, el empresario fallecido afirmó que el dinero que entregó a Corea del Norte estaba destinado a poner en marcha dichos proyectos, y que, por tanto, no había nada turbio en esos traspasos. Sin embargo, otras investigacione apuntan a que en esa transferencia se incluyó también una partida de 100 millones que el Gobierno de Seúl, muy preocupado porque se celebrara la cumbre por sus efectos propagandísticos, había prometido a Corea del Norte, lo que azuzó las acusaciones contra el Gobierno de sobornar a Pyongyang para hacer posible el evento.
Las acciones de las principales filiales de Hyundai Group cayeron tras conocerse la muerte del directivo. Entre ellas, la naviera Hyundai Merchant Marine, que se desplomó un 8,7%. También forman parte del grupo Hyundai Corporation, Hyundai Securities, Hyundai Elevator y Hyundai Logistics.
El grupo fundado por el padre del fallecido, que provenía de Corea del Norte, ya sufrió un duro revés en el año 2000, cuando los problemas financieros por la crisis asiática le obligaron a desgajarse en cinco grandes firmas. El presidente surcoreano, Roh Moo Hyun, pidió que se garantice que los proyectos de Hyundai en Corea del Norte continúen sin interrupción.
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