Un sector de Al Fatah rompe la tregua tras unas detenciones
Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculadas al movimiento Al Fatah, pero que gozan de gran autonomía, anunciaron ayer mediante un comunicado su decisión de romper la tregua en los ataques anti israelíes tras la detención, por parte de los servicios de seguridad palestinos, de una veintena de miembros de las organizaciones radicales, que se encontraban en la Mukata de Ramala.
El presidente palestino, Yasir Arafat, que se encuentra confinado en este complejo gubernamental desde hace más de año y medio, había ofrecido a los radicales el traslado a la ciudad de Jericó, pero éstos se negaron inicialmente, encerrándose en una sala de la Mukata y comenzando una huelga de hambre en señal de protesta.
Uno de los líderes locales de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, Kamal Ghanem, al que Israel acusa de planificar un doble atentado suicida y que se encuentra entre los detenidos, criticó al entorno del presidente por claudicar ante las demandas israelíes. "Arafat está rodeado de ladrones y colaboracionistas que le dan mal consejo", declaró Ghanem antes de que las fuerzas de seguridad palestinas acordonaran el recinto e impidieran el paso a los medios de comunicación.
La oferta de trasladarse a Jericó parece ser fruto de un "acuerdo de caballeros", al que habrían llegado el titular israelí de Defensa, Saúl Mofaz, y el viceministro palestino del Interior, Mohamed Dahlan, durante su última reunión. El supuesto contenido de dicho pacto consistiría en permitir que aquellos activistas buscados sean conducidos a Jericó, a cambio de no ser arrestados ni asesinados por el Ejército israelí. En la ciudad de Jericó, que se convertiría así en una especie de zona franca, es donde se encuentra la prisión en la que está recluido, entre otros, el secretario general de Frente Popular para la Liberación de Palestina, Ahmed Sa'adat, y que está custodiada por agentes británicos y estadounidenses.
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