Un cable eléctrico y un gasoducto conectarán Baleares con la Península

El ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el presidente balear, Jaume Matas, del PP, acordaron ayer un plan a largo plazo para poner fin a la precaria situación del suministro de energía en Baleares, 10 días después del gran apagón que dejó sin electricidad a un millón y medio de ususarios por más de siete horas en Mallorca y Menorca por la fuerte demanda. La fórmula elegida, con un coste de 600 millones de euros, comprende la conexión del archipiélago con la red eléctrica de la Península mediante un cable y la construcción paralela de un gasoducto que abastecerá de gas fósil a las centrales eléctricas de las islas. Mallorca quedará unida por un cable con Tarragona, y a su vez conectada con Ibiza, mientras que el canal transportador de gas partirá de Denia hasta un punto aún por definir.

La demanda energética de una población en crecimiento sobrepasa la capacidad de Gesa-Endesa, la única empresa generadora y suministradora de electricidad en Baleares, cuyo monopolio se romperá con la llegada del cable desde la Península.

El acuerdo tiene sus paradojas. Durante 16 años de gobierno del PP no se llegó a una solución definitiva: la propuesta de construir un gasoducto acabó en un plan energético diseñado por el equipo del socialista Francesc Antich entre 1999 y 2003. La iniciativa quedó entonces bloqueada por la negativa del Gobierno de Aznar, que ahora ha dado su visto bueno al gasoducto. El acuerdo incluirá también la conexión vía cable como planeó el PP de las islas en su propuesta inicial.

[Red Eléctrica anunció ayer que la demanda de energía eléctrica en julio creció el 7,6%, máximo histórico en un mes de verano].