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Unos científicos constatan que la capa de ozono se destruye más lentamente

Un grupo de científicos estadounidenses que estudian la atmósfera terrestre dicen que han detectado una desaceleración del ritmo de destrucción de la capa de ozono, algo que interpretan como el primer signo de que la retirada progresiva de los productos químicos que la dañan tiene un efecto restaurador.

La capa de ozono filtra la radiación ultravioleta del sol, que puede causar cáncer de piel. Se ha deteriorado por décadas, especialmente en la Antártida, debido a la agresión de productos químicos sintéticos.

La retirada paulatina del tipo más importante de estos productos, los carburos clorofluorados o CFC, comenzó en 1989 con la ratificación del Protocolo de Montreal, un tratado internacional. Pero las sustancias destructivas tardan décadas en descomponerse, imponiendo un largo lapso antes de que cualquier efecto benéfico pueda ser medido.

Los hallazgos, basados en mediciones efectuadas desde satélites durante 20 años, serán publicados por el American Geophysical Union's Research y fueron difundidos el martes por el grupo de científicos firmantes.

El autor principal del estudio, Michael Newchurch, profesor de meteorología de la Universidad de Alabama en Huntsville, advirtió que estos resultados fueron verificados sólo en la estratosfera superior, donde se sitúa menos de un 20% de la capa de ozono.

Newchurch quiso dejar claro que lo que ha sido detectado es una notable disminución del ritmo de pérdida de ozono, no una recuperación. Pasarán al menos cuatro o cinco décadas antes de que la capa de ozono recupere los niveles previos al daño, dijo. De cualquier modo, él y varios expertos independientes señalaron que los hallazgos marcan un punto de inflexión.

Esto demuestra los beneficios de una acción conjunta contra las amenazas ambientales a largo plazo, opinó Mario Molina, del Instituto Tecnológico de Massachussets. Molina, quien compartió en 1995 el Premio Nobel con otros dos científicos por identificar hace 29 años el riesgo de los CFCs, dijo que poder controlar los daños en el ozono es "un muy buen ejemplo de cómo la sociedad humana crea un problema ambiental global y luego lo aborda eficazmente".

La leve y reciente mejora ha sido detectada, por separado, por dos tipos diferentes de instrumentos que orbitan la Tierra a bordo de satélites de la NASA. La posibilidad de que los hallazgos sean incorrectos es sólo del 1%, ha señalado Newchurch. El equipo incluyó científicos de la NASA, Georgia Tech, y las universidades de Wisconsin y Hampton.

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