Interior atribuye el atentado a "una estructura estable de ETA en el País Vasco y Navarra"
Cantabria ha sufrido tres acciones terroristas con bomba en los últimos 13 meses
La campaña de atentados terroristas contra intereses turísticos que ETA inició hace unos días en Alicante y Benidorm, con la colocación de dos bombas en sendos hoteles que causaron 13 heridos, uno de ellos muy grave, continuó ayer en el aeropuerto de Santander. Esta ciudad ha sufrido tres atentados de ETA con bomba en los últimos 13 meses. El ministro del Interior, Ángel Acebes, se desplazó ayer por la tarde al lugar donde estalló el coche bomba y atribuyó el atentado a la "estructura estable" que la organización terrorista ETA mantiene en el País Vasco y Navarra.
Los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía (TEDAX) no intentaron ayer desactivar la bomba colocada en el aparcamiento del aeropuerto de Santander por temor a que se tratase de una trampa y estallase antes de la hora que había señalado un comunicante anónimo al diario Gara en nombre de la banda.
La explosión en el aparcamiento del aeropuerto, que se encuentra en el vecino municipio de Camargo, obligó a suspender las operaciones previstas para la tarde de ayer. El terminal y el aparcamiento fueron desalojados y se cortaron algunos accesos por carretera al aeropuerto. Los vuelos afectados fueron 11, cuatro de salida y siete de llegada. Hasta las 20.00, tres de los vuelos de llegada fueron desviados a Bilbao y uno cancelado. Las salidas previstas también fueron canceladas, según informó Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Este organismo tiene previsto que el aeródromo cántabro -cuyas obras de reforma se sacaron el sábado a concurso- funcione con normalidad a partir de hoy. El delegado del Gobierno en Cantabria, Alberto Cuartas, informó que hoy se habilitará una oficina en la sede de su Delegación para atender las reclamaciones de los damnificados.
Cantabria ha sufrido en toda su historia 27 atentados terroristas, incluido el de ayer. El penúltimo se produjo el 3 de diciembre de 2002, cuando los terroristas de ETA colocaron un coche bomba cargado con 35 kilos de explosivo y lo hicieron estallar en el aparcamiento subterráneo de la plaza de Alfonso XIII, en el centro de Santander, sin que provocara víctimas ya que la policía logró desalojar el recinto.
Cinco meses antes (el 22 de junio de 2002), ETA había atentado con otro coche bomba frente al edificio de la Administración del Estado, en la céntrica calle de Vargas. Las fuerzas de seguridad desalojaron y acordonaron la zona antes del estallido, que ocasionó importantes daños materiales y varios heridos leves.
La primera acción de ETA en Cantabria tuvo lugar en 1969, cuando varios terroristas y agentes de la Guardia Civil protagonizaran un tiroteo sin víctimas en la localidad de Mogrovejo, en la comarca de la Liébana.
Sin embargo, el atentado más grave y el único en el que se produjeron muertos fue el cometido el 19 de febrero de 1992 en el barrio de La Albericia (Santander) cuando un coche bomba mató a tres personas, Eutimio Gómez, su esposa, Julia Ríos, y el joven Antonio Ricondo, e hirió a otras 21 al explotar al paso de un coche de la policía. La última acción de ETA antes de los dos atentados con coche bomba del año 2002 tuvo lugar en marzo de 1998, cuando dos miembros del comando Vizcaya, Iñaki Bilbao e Ignacia Zeberio, intentaron asesinar al propietario de un bar de Castro Urdiales, pero su pistola se encasquilló. Un mes antes, en la madrugada del 21 de febrero de 1998, ETA trató de hacer estallar un paquete bomba a la entrada de la sede del PP de Cantabria, que fue detonado de forma controlada por los artificieros gracias a que un grupo de militantes de Nuevas Generaciones lo descubrió por casualidad abandonado en la puerta.
En el verano de 1997, la Guardia Civil desactivó tres dispositivos lanzagranadas que habían sido colocados en los alrededores de la playa de Comillas apuntando a la casa cuartel.
El resto de las acciones, la mayor parte de ellas llevadas a cabo en los años ochenta, consistieron en la colocación de artefactos explosivos en varios cuarteles de la Guardia Civil, barcos de la Armada, concesionarios de automóviles e instalaciones de Renfe y de la empresa Equipos Nucleares, donde se reparaba un generador para la central nuclear de Lemóniz. Todas ellas causaron sólo daños materiales.
En octubre de 1990 se produjo una de las explosiones más espectaculares junto al cuartel de la Guardia Civil de Pesués, donde se produjeron daños por valor de varios cientos de millones de pesetas.
Eduardo López Lejardi, alcalde de Camargo, el municipio en el que se asienta el aeropuerto de Santander, recordó que el de ayer es el segundo atentado que sufre su localidad. El primero ocurrió en 1978, cuando ETA colocó un artefacto en las instalaciones de la empresa Equipos Nucleares.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.