El PP impide crear ahora una comisión que investigue el Campo de las Naciones

Se acabó la cortesía del inicio de curso. Tras varios plenos extraordinarios en los que reinó el respeto entre los grupos municipales, PP, PSOE e IU se entregaron ayer, en el primer pleno ordinario y último antes de las vacaciones, a un bronco debate que terminó cuando el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, impidió, agarrándose a un formalismo, que se votaran varias proposiciones de urgencia de la oposición; entre otras, la que pedía una comisión de investigación sobre la gestión de la empresa pública Campo de las Naciones, ya sometida a una auditoría interna. Antes de eso, los portavoces de los tres grupos se habían acusado recíprocamente, a veces con ironía y otras con acritud, de "amparar" comportamientos indignos en sus filas.

Ruiz-Gallardón se comprometió, cuando fue elegido presidente de la Comunidad en 1995, a crear comisiones de investigación siempre que las pidiera la oposición, aunque ésta no contara con mayoría. Ayer, ocho años después y en otra institución, no permitió ni siquiera que se procediera a la votación de una proposición de urgencia presentada por el PSOE en la recta final del pleno y que reclamaba una comisión sobre las supuestas irregularidades del Campo de las Naciones. El alcalde se aferró al reglamento para lograr que se votara primero si los grupos consideraban urgente debatir esa propuesta: socialistas e IU sí lo consideraron urgente, pero el PP no, así que la propuesta no llegó a votarse y mucho menos a debatirse.

"Esto es inaudito. Nunca se había rechazado la votación de una proposición de urgencia en el pleno. El PP podía habernos permitido plantear la propuesta y luego votar en contra, pero ni siquiera nos ha dejado explicar su contenido", protestó la portavoz socialista, Trinidad Jiménez. También Inés Sabanés, de IU, subrayó que el amor por el reglamento que muestra Ruiz-Gallardón, aun a costa del debate de cuestiones tan importantes como la presunta malversación de fondos en una empresa pública, es algo poco habitual en el Consistorio: "Creo que recuerdo una sola vez, durante el último mandato de José María Álvarez del Manzano, en la que no se llegó a votar una proposición de urgencia. Pero era un asunto muy menor", afirmó la concejal.

La gestión del Campo de las Naciones está siendo sometida a una auditoría interna encargada por el nuevo gobierno municipal tras destaparse que el ex consejero delegado de la entidad, Jorge Barbadillo, ha estado devolviendo -en silencio y con el conocimiento del ex concejal de Hacienda, Pedro Bujidos- dinero público que presuntamente se había gastado antes en viajes privados. La oposición quería que, paralelamente a esa auditoría, el Ayuntamiento constituyera una comisión de investigación con todos los grupos.

Con la misma excusa del rigor reglamentario, el alcalde impidió la votación de otras dos proposiciones de urgencia: una del PSOE que exigía la paralización de las obras de la macroestación de Sol-Gran Vía, y otra de IU que denunciaba el exceso de jornada de los bomberos municipales. Además, el PP aplazó hasta septiembre la comparecencia del edil de Seguridad, Pedro Calvo, solicitada por IU.

Tensión

Todo eso llegó tras más de cinco horas de pleno y después de un inicio de debate con más tensión de la esperada. El nombramiento de los consejeros designados por el Ayuntamiento para representarlo en la asamblea general de Caja Madrid desató un cruce de acusaciones entre la oposición y el PP que llegó incluso al ataque personal. El concejal socialista Óscar Iglesias criticó a los populares por nombrar consejeros a Jesús Pedroche, Antonio Moreno y el propio ex alcalde Álvarez del Manzano.

El primero despidió hace años a una secretaria por quedarse embarazada estando soltera, según dictaminó el mes pasado el Tribunal Constitucional; el segundo está imputado por presunta prevaricación y malversación de fondos en el caso Funeraria, y el tercero aún no ha devuelto a las arcas municipales los 103.000 euros que, según el Tribunal de Cuentas, se gastó en viajes privados y regalos cuando era regidor. "Premian ustedes con un cargo a personas con comportamientos indignos", le soltó Iglesias a la bancada del PP.

El portavoz popular, Manuel Cobo, reclamó la presunción de inocencia para todo el mundo, hizo una encendida defensa de Pedroche -secundada expresamente desde su sillón de primer edil por Ruiz-Gallardón- y recordó que Iglesias, siendo parlamentario regional, aplaudió un día una intervención del diputado tránsfuga Eduardo Tamayo. "Tamayo pedía entonces que se cesara a otro presunto implicado del PP en el caso Funeraria que luego fue apartado de la investigación. Usted se está comportando hoy como el señor Tamayo, con la misma imprudencia", dijo Cobo, mientras los socialistas se removían en sus escaños.

Antes de eso, Iglesias había sugerido que Cobo no era quién para defender la moralidad de nadie, por las noticias aparecidas en prensa sobre su supuesta implicación en la supuesta trama inmobiliaria de Madrid. "Tengo la conciencia muy tranquila, puedo mirarle a los ojos", respondió el portavoz del PP con evidente amargura.