Mi renta
Me dirijo a la opinión pública para exponer y denunciar la situación que nos viene afectando a todas y cada una de las personas que están en mi misma situación a consecuencia de la declaración de la renta. Sé que son muchas las mujeres que comparten el mismo malestar por ello, aunque mi caso personal pueda ser uno más de los miles existentes, lo expongo como referencia para denunciar lo que considero un atropello de mis derechos sociales como ciudadana, como madre y como trabajadora.
Hasta ahora siempre he cumplido con resignación las obligaciones que la Delegación de Hacienda me impone, pero sigo sin entender ni los criterios ni los objetivos.
Hacen casi siete años, mi vida cambió radicalmente. Me quedé viuda con una hija pequeña y tuve que afrontar, además de la difícil situación emocional, el problema económico para mantener mi casa.
Solicité las coberturas de la Seguridad Social por viudedad y orfandad (unos 240 y 120 euros mensuales, respectivamente), cantidades que he podido complementar con lo que recibo por la media jornada de trabajo que vengo realizando (unos 400 euros/mes). Aunque la suma total (760 euros/mes) esté todavía lejos de compararse con el salario estipulado de un trabajador medio en España y que, según las estadísticas, se sitúa en 1.400 euros/mes, al menos me ha permitido ir cubriendo las necesidades básicas de mi familia.
Mi sorpresa y mi indignación llegan cada año cuando debo hacer frente a la declaración de la renta. Según Hacienda no tienen obligación de declarar aquellas personas cuyos ingresos unifamiliares estén por debajo de 21.000 euros/año. Me imagino que una de las razones principales debe ser porque se considera que esa es la cantidad indispensable para que una familia pueda vivir con normalidad.
En mi caso, la obligación de declarar se sitúa a partir de los 7.813 euros/año, es decir que, a criterio de la misma Administración, parece que quienes padecemos esta situación necesitamos para vivir tres veces menos que los anteriores.
Con esos requisitos me obligan a devolverle a Hacienda prácticamente casi todo lo que la Seguridad Social me da de ayuda por mi hija, cuando mis ingresos totales son algo más de 14.000 euros/año. No comprendo cómo, faltando aún casi 7.000 euros/año para llegar al tope del resto de los demás ciudadanos, esté sometida a esta presión fiscal.
No caben explicaciones lógicas cuando las leyes se aplican con distintas varas de medir, ni cuando se dice que paga más quien más cobra. No entiendo cómo por el solo hecho de ser viuda y madre, y recibir por ello unos derechos básicos del Estado, tenga que realizar enormes sacrificios para poder pagar el impuesto.
Todas las personas a las que se nos aplica esta normativa injusta deberíamos hacer algo y presentar nuestras protestas para que tomen medidas que corrijan estas injusticias.
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