Mel Gibson filtra su 'Pasión' de Cristo a los conservadores
El actor intenta evitar acusaciones de antisemita
Gibson convocó a unas docenas de políticos, ejecutivos cinematográficos, periodistas y columnistas cercanos al poder republicano y, en varios casos, miembros del equipo de la Casa Blanca. Y pasó así la película, tras firmar los selectos espectadores un compromiso de confidencialidad.
De las primeras reacciones de los grupos de presión judíos y de poderosos estamentos católicos se pasó a coacciones descaradas. Hace dos meses, la influyente Liga Antidifamación (ADL), que se encarga de vigilar acciones antisemitas, y la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, encargaron a un grupo de 12 de sus mejores estudiantes un examen de la situación. Tras una lectura del primer guión del filme, ADL redactó un durísimo comunicado asegurando que la película presenta un retrato de los judíos como "sedientos de sangre y hambrientos de dinero, enemigos de Jesús". El director de la liga, Abraham Foxman, escribió a Gibson advirtiéndole de los peligros de recrear viejos recelos. Gibson está orgulloso de su calidad y niega con vehemencia todas las acusaciones. Defiende, como católico devoto, antiabortista y padre de siete hijos, que es "la más grande historia de amor".