Zapatero acusa a Aznar de cometer otro "error histórico" en Irak

José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó ayer la clausura del curso sobre los retos de la política organizado en El Escorial en colaboración con la Universidad Complutense para arremeter contra la política de José María Aznar en Irak. "Denuncio como profundamente negativo que el Gobierno se sume como fuerza ocupante en Irak y consume así un nuevo error histórico como ya fue esa guerra sin diálogo y al margen de la interdependencia de los pueblos".

Zapatero se aferró a una de las principales conclusiones del curso, en el que han participado investigadores de primera línea sobre globalización, como el judío polaco Zygmunt Bauman y el norteamericano Benjamín Barber, ex asesor de Bill Clinton, para descalificar el "unilateralismo de Bush y el seguidismo de Aznar". Momentos antes, Fernando Vallespín, codirector con Zapatero del curso, había destacado, como primera conclusión del seminario, el rechazo del unilateralismo y del uso de la fuerza en el mundo globalizado y una apuesta favorable a la colaboración entre los pueblos para resolver los conflictos por la vía del diálogo.

Pero Vallespín se apoyó en las aportaciones en el curso de Robert Cooper, asesor del Alto Representante de Política Exterior de la UE, y del periodista de EL PAIS Andrés Ortega, para defender también el restablecimiento de los lazos entre Europa y Estados Unidos para responder a los nuevos peligros surgidos tras el 11-S en un momento en que "los Estados colapsados abren la vía para la extensión del crimen organizado".

Zapatero resaltó como aspecto crucial del curso el inicio de un encuentro entre su partido y los pensadores progresistas modernos para superar el déficit teórico del PSOE y de la izquierda, en general, y dotarle de unas ideas y unos principios que le sirvan para la elaboración del programa de las elecciones de 2004.

También asumió otra de las conclusiones del curso, expuesta ayer por Vallespín: la necesidad de crear organismos políticos de control que contrapesen el poder de las multinacionales. Zapatero ve en la Unión Europea el núcleo básico inicial para avanzar en ese contrapoder mundial, igual que la mayoría de los pensadores que han expresado, en el curso de El Escorial, su preocupación por esta cuestión. El líder del PSOE apuesta, paralelamente, por el fortalecimiento del Partido de los Socialistas Europeos y de la Internacional Socialista como instrumento básico para avanzar hacia la paz mundial y luchar contra las desigualdades en el mundo, y no oculta su desconfianza hacia la tercera vía, propugnada por el líder del laborismo británico, Tony Blair, por "su ambigüedad, al disponer entre sus propuestas de planteamientos neoliberales".

Zapatero ha encontrado, por último, en los debates sobre el republicanismo cívico como cauce para una nueva identidad de la izquierda, en los que han participado algunos de sus principales teóricos, como Salvador Giner y Alessandro Ferrara, un espaldarazo a una de sus principales preocupaciones ideológicas. Frente al marxismo, el neoliberalismo y la "ambigüedad de la tercera vía", Zapatero aboga por el fortalecimiento de las instituciones democráticas y los instrumentos de control del poder político y económico que "se traducirá en propuestas innovadoras en el programa electoral de 2004".