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Entrevista:PERE ESTEVE | Presidente de Catalunya 2003 y candidato al Parlament en las listas de ERC

"El actual distanciamiento de CiU y PP es electoral"

Pere Esteve (Barcelona, 1942) ha roto los esquemas en Convergència Democràtica (CDC): es el primer secretario general que se pasa a Esquerra Republicana, cuando siempre había sucedido a la inversa (Joan Hortalà y Àngel Colom). El pacto de CiU con el PP fue el desencadenante. Una alianza que ahora empieza a debilitarse, según Esteve, por pura estrategia electoral. Ha firmado un acuerdo entre Catalunya 2003, plataforma que preside, y Esquerra para concurrir unidos a las autonómicas de otoño.

Pregunta. Cuando abandonó CDC se le tildó cuando menos de traidor. Ahora entenderá que en Esquerra algunos militantes recelen de usted y que ciertos electores le vean como un aprovechado de la política.

"CiU ha gobernado con unos señores y ahora resulta que son los malos de la película"
"En Cataluña radicalizarse es ir de la mano del PP, como ha hecho CiU"

Respuesta. Después de abandonar CDC se realizaron dos encuestas y ambas demostraban que el electorado había entendido mis razones y aprobaba éticamente mi decisión. Si la respuesta hubiera sido negativa yo habría abandonado la política. La contundente reacción de CDC la entiendo y fue lógica. Respecto a Esquerra, no le negaré que al principio había un natural recelo. No en el sentido de desconfianza hacia mí, sino por el temor a lo que podía pretender o querer. La inclusión de siete personas de Catalunya 2003 en las listas de las autonómicas -tres de ellas con posibilidades de obtener representación parlamentaria - me parece muy positiva. Mis palabras hacia ERC sólo pueden ser de gratitud.

P. ¿Por qué ahora ERC es su ámbito político e ideológico natural y no lo era hace dos años?

R. Soy un socialdemócrata que en 1976 aterricé en CDC, en la que he trabajado a gusto y bien. Pero hace varios años defendí dentro de CDC que debíamos enfocar nuestra política hacia Esquerra y buscar complicidades con este partido. Y alerté de que nos equivocaríamos si no era así. Tomé la decisión de abandonar CDC porque honestamente no podía soportar por más tiempo la subordinación al PP y la creciente debilidad de la política catalana en manos de CiU y el PSC. Ahora, le aseguro que el actual distanciamiento entre CiU y el PP es puramente electoral. ¿Y por qué ERC? Porque es un partido que ha defendido unos principios muy próximos a los míos.

P. ¿Este error de CDC tendrá consecuencias electorales?

R. Me marché de CDC por razones ideológicas, pero el partido cometió un grave error estratégico: su acercamiento al PP. Sin embargo, con lo grande que es el aparato de CDC, con el poder que tiene gobernando en Cataluña y con los problemas que tienen los socialistas, nunca he creído que se produciría la ruptura o el agotamiento de la marca convergente. Una Convergència próxima al PP o con pactos extraños con los socialistas continúa en el camino equivocado, aunque mantenga el poder. Aunque haya abandonado ese partido, no rechazo un pacto entre CiU y ERC tras las elecciones catalanas. Me parece la opción válida, pues sería hacer realidad lo que siempre he deseado. Lo triste es que en Convergència hay distintas sensibilidades, unas a favor de Esquerra y otras del PP. Pero en una legislatura como la actual, el pacto con el PP me pareció innecesario e inexplicado.

P. En un momento en que se apuesta por el cambio, ¿qué significado tiene este término?

R. Estas elecciones abren unas perspectivas muy amplias. En la próxima legislatura deben discutirse temas tan fundamentales como la nueva financiación y otro estatuto. Y en este terreno deberán jugar CiU, el PSC, ERC e ICV. Me parece un panorama lo suficientemente esperanzador y alentador siempre y cuando Esquerra sea fuerte, porque sólo así puede darse un avance importante en materia de autogobierno. Ahora, si todo está en manos de socialistas y convergentes -con la debilidad que están exhibiendo y su subordinación al PP directa o indirectamente-, pues francamente tengo muy pocas esperanzas. Ahora bien, una Esquerra con 24 o 28 diputados supondría un elemento de inflexión con vistas al progreso real de Cataluña y a plantar cara a un proceso de involución de la que no hay suficiente conciencia.

P. Pero con vistas a un futuro gobierno.

R. Las alianzas de gobierno están subordinadas a mi reflexión anterior. Admito un gobierno de socialistas y Esquerra, por descontado. Pero no rechazo y me gustaría si fuera posible un gobierno entre CiU y Esquerra. No prefiero uno ni otro porque no es el tema fundamental. Porque lo importante es si Esquerra podrá hacer un uso mejor de su fuerza para gobernar y para que la legislatura sea provechosa. Y si negociar el gobierno es lo primero, deberá hacerse bajo este criterio.

P. En muchos municipios ha habido pactos entre CiU y el PSC ante las condiciones draconianas, denunciaban, impuestas por Esquerra.

R. Tras las elecciones municipales, Esquerra se ha abierto a todos los pactos excepto con el PP. Pero si apostar por un buen sistema de financiación y acabar de una vez por todas con el déficit fiscal insostenible se considera una posición radical, entonces resurge la mentira inicial. Porque tanto los convergentes como los socialistas dijeron que el nuevo sistema de financiación era bueno. Quienes lo hemos estudiado sabemos que fue un mal acuerdo, que aumenta el déficit fiscal y que a su vez produce una acumulación de déficit de capital público en Cataluña gravísimo. Si plantear esto es radicalismo, entonces no nos entenderemos. Por percepción y por las encuestas, en Cataluña sólo hay un partido extremista y radical, que es el PP. Y por ende, también es extremista y radical quien se aproxima al PP, quien le tiene miedo, se adapta a él o se deja condicionar.

P. Se refiere a CiU.

R. No le quepa la menor duda. Cuando en CiU discutimos en 2000 un pacto con el PP o con Esquerra, yo me quedé solo defendiendo un acuerdo con esta última formación. Me dijeron que CiU no podía radicalizarse. Y yo les contesté que en Cataluña radicalizarse es ir de la mano del PP, como ha hecho CiU. En las encuestas, cuando se pregunta a los catalanes a quién no votarían nunca, el 9% responde que a ERC, el 58%, al PP.

P. Usted, para hacer creíble su discurso y su actitud, ¿necesita arremeter contra CDC?

R. No, necesito arremeter contra el PP.

P. Su discurso en el consejo nacional de ERC no lo parecía.

R. Yo dije que CiU y el PSC representaban el cansancio y el agotamiento. Y recordé que Duran Lleida es el vicepresidente de un organismo en el que están personajes como Aznar o Berlusconi. Pero mi papel no es atacar a Convergència. Al que tengo que atacar, porque estoy convencido como demócrata y como catalán, es al PP. Y si critico a Convergència es por su relación con el PP y su debilidad frente a él. Y atacaré el auténtico mal que tiene la política catalana, la española y la europea: el PP y sus aliados.

P. Catalunya 2003 ¿qué le aporta a ERC más allá de los candidatos?

R. En Catalunya 2003 sólo hay un político, que soy yo. Cuando en octubre de 2002 verifiqué que existían muchos más huérfanos de la política además de yo mismo, me di cuenta de que Esquerra no solucionaba este problema, que no era capaz de suplir este espacio de ideas, de posicionamiento, de modelo de partido o lo que sea. Creí conveniente crear una asociación que por sí misma ensanchase un campo de sociedad en el que mucha gente cansada de la política pudiese expresarse con más libertad que en un partido. Un espacio más abierto que al tiempo exhiba su apoyo a Esquerra. Y como mínimo le puedo decir que Catalunya 2003 está contenta y ERC satisfecha.

P. ¿Cree normal que una campaña electoral se base únicamente en la demanda de un nuevo estatuto? ¿Se imagina a un partido español presentándose a unas elecciones con un proyecto de una nueva Constitución?.

R. Le doy la razón. ERC no lo hace, pero otros sí. Pero, fíjese, se ha llevado toda la legislatura por el camino A y ahora se coge el camino B, que no tiene nada que ver con el A. Han estado gobernando con unos señores y ahora resulta que son los malos de la película.

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