El sostén tradicional de Zeltia
El valor de la compañía lo marca su filial biotecnológica, pero realiza el 89% de las ventas con insecticidas y pinturas
La cotización de Zeltia de los últimos cincos meses dibuja una montaña rusa cuyas cimas y bajos están relacionados con las noticias y rumores sobre un producto que no se vende. Las dudas de las autoridades europeas sobre la aprobación del anticancerígeno Yondelis están lastrando el valor y podrían incluso sacarlo del Ibex, según Deutsche Bank. La biotecnología marca así la marcha de la acción, pero no aporta nada aún a sus cuentas. Zeltia realiza el 89% de ellas en química de consumo (ZZ Paff , Casa Jardín o Hechicera).
La compañía dice que aún confía en el fármaco y que tiene más productos en desarrollo. Los analistas creen que está poco diversificada
La empresa ya ha invertido 300 millones de euros en Pharmamar. Le quedan fondos para financiar otros dos años de investigaciones
Zeltia subió un 55% en tres meses por las expectativas de aprobación de Yondelis. Las posibilidades de que no lo sea han hundido el valor
"Zeltia gana un 3,84% y logra la mayor subida del Ibex por un congreso médico". "La cancelación de un congreso oncológico convierte a Zeltia en el peor valor del Ibex". Son noticias, separadas por dos sesiones bursátiles, que describen bien los vaivenes a la que se ve sometida la cotización de esta compañía. Es el sector biotecnológico, explican los analistas. Pero esta empresa gallega, nacida en 1940, aún no ha generado ventas en ese negocio. El 89% de su facturación depende de sus filiales Zelnova -líder en insecticidas, con productos como ZZ Paff o Casa & Jardín- y Xylazel -fabricante de pinturas y barnices-.
¿Por qué, entonces, inversores, analistas bursátiles y las comunicaciones de la propia compañía se centran casi exclusivamente en las posibilidades futuras del negocio biotecnológico, más que en el rendimiento de su mercado actual? "Lo que cotiza en Bolsa son expectativas de crecimiento", explica Ramón Carrasco, analista de Beta Capital MeesPierson. "La cuenta de resultados no importa". Según SCH Bolsa, así, el 84% del valor de Zeltia lo determina su filial biotecnológica Pharmamar.
La consecuencia es que Zeltia es uno de los valores más volátiles de la Bolsa española. La biotecnología es compleja de entender, y normalmente requiere procesos muy largos de investigación, financiación intensiva y, finalmente, aprobación administrativa.
El interés de la Bolsa por Zeltia es más concreto aún. Todo el mercado está pendiente de un solo hecho que va a determinar si Zeltia vuelve a ser una de las grandes estrellas del Ibex -era el mejor valor a principios de año- o abandona el índice selectivo -como aventura Deutsche Bank-. Entre el 22 y el 24 de julio, la Agencia Europea del Medicamento (EMEA, en sus siglas en inglés) decidirá si aprueba el primer fármaco de la compañía, el anticancerígeno Yondelis. La probabilidad de que no lo haga está lastrando el valor desde hace dos semanas.
Y es que, antes del pasado 25 de junio, la compañía y los analistas daban por hecho que Yondelis conseguiría el visto bueno. No es, de nuevo, una noticia que vaya a multiplicar las ventas de Zeltia. Este fármaco está diseñado para tratar el sarcoma de tejido blando, un tipo de cáncer poco frecuente y que afecta a 9.000 europeos al año. Pero es el primero de la compañía, y su aprobación abriría la puerta a su aplicación a otras enfermedades como el cáncer de ovario o de mama.
Pero algo se torció. Zeltia cree que las posibilidades de que Yondelis sea aprobado en la próxima reunión son bajas. El valor, por tanto, está en mínimos. El viernes cerró a 6,16 euros, y un informe de Goldman Sachs fija el precio objetivo en 2,44 euros si Yondelis no llega al mercado. Deutsche Bank publicó otro análisis el martes, en el que aventuraba que, si la decisión final de la EMEA es negativa, el valor -que ocupa el puesto 34 del Ibex en capitalización- podría abandonar el índice.
El futuro de Yondelis
Las posibilidades del fármaco parecen escasas. Si la Agencia dice no, Zeltia apelará, pero las estadísticas indican que sólo tiene entre un 30% y un 50% de posibilidades. Si la EMEA reclama más información, la compañía probablemente apelará también, ya que cree que seguir investigando es muy caro.
Zeltia asegura que aún confía en que Yondelis sea aprobado, y si no lo es, explica, tiene una docena de productos en desarrollo. "La viabilidad de la compañía, desde el punto de vista bursátil, depende de Yondelis. No tiene otros productos a corto plazo", opina Carrasco. "Como pronto, Pharmamar comenzará a generar recursos propios en 2004", dice Pedro Marques, analista de Ibersecurities. Por eso, y aunque no coticen, son las filiales tradicionales de Zeltia las que sostienen a Pharmamar, ya que el 95% del total de lo que gasta en I+D lo invierte en esta filial. Zeltia ya ha invertido 300 millones de euros en Pharmamar. Le quedan fondos para financiar otros dos años de investigaciones.
¿Qué pasó el 25 de junio?
"Existe la posibilidad de que Yondelis no sea aprobado (...), pero es remota, ya que no se ha anunciado ninguna irregularidad o defecto".
Esta apreciación procede de un informe de Ibersecurities publicado el pasado 23 de junio. Dos días después, el 25, se reunía en Londres una treintena de personas, las que formaban el tribunal de oposición que debía examinar el Yondelis. La compañía estaba confiada. El fármaco venía avalado por estudios e investigaciones basados en los enfermos ya tratados -el 26% de ellos sigue vivo después de dos años, cuando su esperanza de vida media es de seis meses-. Además, al tribunal asistieron tres oncólogos que acumulan 60 años de experiencia en tratamiento del sarcoma.
El examen duró una hora y, según la compañía, salió bien. Los miembros del tribunal preguntaron, la empresa respondió. Normalmente, el comité emite una opinión razonada un mes después del examen. Pero hubo "algo" en la reacción de los miembros del tribunal que hizo sospechar a Zeltia, ese mismo día, que las cosas no iban bien. La empresa dice que era una reunión confidencial, así que no emitió ningún comunicado al respecto.
Alguien filtró la información al mercado, y el valor comenzó a caer, hasta que el viernes por la mañana, cuando perdía un 4,65%, la CNMV suspendió la cotización y exigió explicaciones. La empresa emitió un comunicado en el que explicaba que la evaluación de la EMEA "no ha sido favorable en la medida esperada por la compañía". La noticia hundió el valor (un 24% ese día), que no se ha recuperado. La CNMV estudia ahora si hubo uso de información confidencial el día de la oposición.
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