Nélida Piñon hace un canto a Brasil, al cosmopolitismo y a la cultura del mestizaje
Nélida Piñon, que reivindicó su "feroz inclinación por la soledad", se vio ayer arropada por un montón de amigos al recibir el Premio Internacional Menéndez Pelayo. Allí estaba Carmen Balcells, vestida de radiante blanco, que viajó desde Barcelona; allí estaba Mario Vargas Llosa, compañero de letras desde hace 30 años, que hizo la laudatio y avisó de que la escritora brasileña iba a pasar un mal rato.