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Aznar reconoce en San Salvador su deseo de crear una fuerza de paz iberoamericana estable

El presidente del Gobierno "lamenta" la crisis desatada entre Alemania e Italia

La inclusión de soldados centroamericanos y caribeños en la Brigada Plus Ultra, que España capitaneará en Irak, no es para José María Aznar una experiencia aislada, sino el posible inicio de creación de una fuerza de paz iberoamericana estable. El propio presidente del Gobierno reconoció ayer que ése es al menos su deseo, y lo hizo en presencia de todos los presidentes centroamericanos con los que se reunió en San Salvador. "El paso que se ha dado es muy importante, pero si en el futuro se dieran más avances, ojalá sea así", declaró.

Cuatrocientos soldados salvadoreños, 365 hondureños, 111 nicaragüenses y 300 dominicanos se incorporarán a esa brigada que, gracias a estos apoyos, alcanzará la dimensión operativa de 2.500 efectivos requerida por los jefes militares de EE UU y el Reino Unido. Los ochos líderes reunidos ayer en San Salvador "destacaron la importancia" de esta cooperación, que se inscribe en "su compromiso de la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y otras expresiones del crimen organizado", recogido en otro párrafo del comunicado conjunto publicado después de la cumbre.

Aznar dejó claro que espera que este contingente no sea el último de su género formado con fines de paz, e incluso que confía en que su ámbito se extienda a otros países latinoamericanos. Fuentes gubernamentales indican, por otro lado, que no es pensable que se llegue a constituir una fuerza "permanente", pero admiten que la misión en Irak exige un "intercambio de procedimientos militares" entre los países implicados que debe conducir a "unificar las doctrinas militares respectivas para misiones de paz" y a sentar las bases para estabilizar ese tipo de fuerza entre España y Latinoamérica, aunque sin otorgarle efectivos permanentes.

Con objeto de vertebrar esta coordinación, altos cargos del Ministerio de Defensa español han viajado recientemente a El Salvador. A tenor de las reacciones de la prensa salvadoreña, sus visitas, como las paralelas de los representantes del Departamento de Defensa de EE UU, son vistas con aprehensión por unos ciudadanos que no acaban de entender que su depauperado país, cargado de gravísimos problemas sociales, tenga que mandar fuerzas al Golfo Pérsico.

Junto a ese aspecto relativamente impopular de la visita del presidente español a San Salvador, el presidente del Gobierno ha destacado su compromiso de cooperar económicamente con Centroamérica y su apoyo a las negociaciones del Acuerdo Político de esta región con la UE, como paso previo para la conclusión de un verdadero Acuerdo de Asociación, similar a los ya firmados por México y Chile.

Preguntado por si el arranque tormentoso de la presidencia italiana de la UE puede contribuir a que estas negociaciones, como muchos otros asuntos comunitarios, avancen, Aznar dijo: "Lamento las cuestiones que están surgiendo entre Italia y Alemania, pero estoy convencido de que la presidencia italiana se desarrollará de acuerdo con parámetros de trabajo que no tienen por qué verse perturbados por otras consideraciones colaterales".

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Otro tema tocado ayer por los ocho líderes reunidos en la capital salvadoreña fue la reforma de las Cumbres Iberoamericanas que promueve España. Aznar precisó en su rueda de prensa que el cambio buscado en la reforma de los métodos de trabajo de esas reuniones anuales no se orienta contra el régimen de Fidel Castro. A la pregunta de si considera la introducción de alguna cláusula de derechos humanos u otra medida susceptible de provocar eventualmente la exclusión de la delegación cubana, respondió: "Yo soy absolutamente partidario de que se respeten las reglas. Las de las cumbres son las que son, y no voy a pedir que se cambien. Pero mi deseo, mi aspiración, es que los cubanos tengan un sistema democrático en el que puedan vivir. Lo que deseo para mi país lo deseo para todos".

Aznar reiteró que "Centroamérica constituye una prioridad para España", y destacó que ese interés se traduce en que la ayuda española al desarrollo de la zona se ha multiplicado por diez en la última década, con unos programas financieros que totalizan 840 millones de dólares y más de 1.000 millones de dólares de deuda condonados.

Más relaciones con Siria, Irán y Guinea Ecuatorial

El Gobierno tiene previsto seguir estrechando las relaciones con Siria, Irán y Guinea Ecuatorial, a pesar de las amenazas que Estados Unidos profiere contra los dos primeros países y de la precaria situación de los derechos humanos en el tercero citado. Una alta fuente diplomática ha confirmado que los reyes don Juan Carlos y doña Sofía viajarán a Damasco el próximo otoño y que la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, visitará Malabo si el régimen del presidente guineano, Teodoro Obiang, libera al líder socialdemócrata Plácido Micó, cuya puesta en libertad reclama España desde hace meses. Esa visita de la ministra Ana Palacio franquearía la vía de un viaje a Guinea que el presidente José María Aznar estaría dispuesto a hacer antes de concluir la legislatura.

En cuanto a Irán, no se prevén visitas españolas de tan alto nivel, ahora que el proceso aperturista del presidente de la República Islámica de Irán, Mohamed Jatamí, parece agotado. Pero el Gobierno sigue considerándole la única alternativa al islamismo más integrista y mantiene la invitación para que el presidente iraní venga a España en los próximos meses a presidir con Aznar el diálogo entre civilizaciones que las dos partes acordaron celebrar el pasado otoño.

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