El Estado alemán se desprende de un 5,8% del capital de Deutsche Telekom
La operación de privatización con la que el Gobierno alemán pretende financiar parte de una rebaja fiscal de 18.000 millones de euros ya está en marcha. El banco público de fomento Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW) anunció ayer, sorpresivamente, una emisión de deuda convertible en acciones de Deutsche Telekom de entre 4.500 y 5.000 millones de euros. Dado que hasta la fecha el KfW mantenía un 12% en el grupo de telecomunicaciones, mientras que el Estado federal sigue disponiendo de otro 31%, esto significa que el Gobierno reducirá del 43% hasta el 37,2% su participación en el ex monopolio telefónico.
Lo anunciado ayer representa la mayor emisión de deuda convertible jamás realizada en el mundo. Este instrumento financiero consiste en que una entidad (el banco público de fomento, en este caso) vende bonos de deuda. Tras un plazo determinado (entre tres y cinco años en la presente operación), los acreedores pueden cambiar sus certificados por acciones negociables en Bolsa (en este caso, Deutsche Telekom).
Para el Estado alemán, la ventaja está en que puede desprenderse de parte de sus participaciones sin tener que preocuparse de los altibajos de los mercados, y ello en una época en la que los tipos de interés están en mínimos históricos. Los inversores, por su parte, obtienen la promesa de salir beneficiados de futuros aumentos en Bolsa de las acciones de Deutsche Telekom.
Caída en Bolsa
Las acciones de la compañía, tras conocerse la noticia, cayeron con fuerza (un 3,25%, hasta los 12,80 euros, en la tarde de ayer), pero ello obedeció no tanto a un castigo inversor como a cambios en las carteras de inversión. Como ha sucedido también con los valores de las demás empresas de telecomunicación internacionales, las acciones de Deutsche Telekom se han desplomado fuertemente en los últimos años. La última vez que KfW vendió parte de sus participaciones, en junio de 2000, aún pudo ingresar 66,50 euros por cada una de las acciones.
Un portavoz del Ministerio de Finanzas en Berlín negó ayer que la operación esté vinculada al anuncio de adelantar en un año la última fase de la reducción del IRPF, una medida que costará al Estado alemán 18.000 millones de euros. Por el momento, corresponderá exclusivamente al KfW ingresar los 4.500 millones de euros de la emisión de deuda.
El Estado federal tan sólo comenzará a beneficiarse de este dinero a partir de agosto de 2005. Expertos entrevistados por Reuters, sin embargo, resaltaron lo que parece ser el sentido oculto de la operación: al desprenderse del 5,8% de las acciones de Deutsche Telekom, el KfW crea espacio en su cartera de valores para otros valores del grupo de telecomunicaciones. Estas participaciones le serían transferidas por el Estado federal próximamente a cambio de miles de millones de euros.
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