¿Para qué leyes?
Escuchamos con sorpresa a algunos de nuestros políticos decir aquello de que "no hay que judicializar la política". Claro que no, ya lo dijo un señor llamado Montesquieu, que no está de moda pero aún permanece en los libros.
Lo que algunos ciudadanos quisiéramos judicializar es el cohecho, el tráfico de influencias, la malversación de fondos públicos, la maquinación para alterar el precio de las cosas en contra de los intereses públicos y a favor de los intereses privados...
¿Por qué cuando decimos que hay que judicializar el delito nos contestan que no hay que judicializar la política? Los delitos son tales cuando son probados. Para ello deben ser investigados, para ello alguien tiene que solicitar que se investigue. ¿Quién? ¿El obrero de la construcción en sus ratos libres, el estudiante entre reválidas, el ama de casa o la asociación de amigos de la capa? Cuando escuchamos el "no hay que judicializar la política" procedente de algunos políticos sentimos tristeza y resignación; cuando empezamos a escucharlo en boca de otros, esto empieza a dar miedo.
Al menos en otros países, cuando quieren impunidad se molestan en aprobar una ley y así nos enteramos todos, y los políticos de otros países donde esto no es posible sacan cartelitos en las instituciones europeas. Aquí, insisto, esto empieza a dar miedo.
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