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Empresarios y sindicatos del textil piden ayuda al Gobierno para evitar el colapso del sector

La liberalización de 2005 acarreará la destrucción de 72.000 empleos, el 27% del total

Empresarios y sindicatos del textil, temerosos del impacto que tendrá la liberalización absoluta del sector, prevista para 2005, reclaman al Gobierno medidas que les ayuden a amortiguar el golpe. El big bang particular del textil puede acarrear en España la destrucción de 71.900 empleos (el 27% del total), además de una caída de la producción del 18% en 2010, según el documento que patronal y sindicatos han presentado al Gobierno. Tras más de 40 años de límites a la importación a través de cuotas, este sistema pasará a la historia el 31 de diciembre de 2004.

La incertidumbre ante la liberalización total marcó ya las negociaciones del convenio sectorial que se selló el pasado mes de abril, reconociendo la necesidad de avanzar en la flexibilidad laboral. Según ese convenio, siempre que haya acuerdo entre la empresa y la representación sindical se podrá modificar la ordenación del tiempo de trabajo, con los únicos límites legales de un máximo de trabajo de 10 horas diarias y 50 semanales.

Pero ahora el principal flanco que sindicatos y empresarios tienen abierto es lograr convencer al Gobierno para que aplique un paquete de medidas de apoyo, que ya han sido consensuadas por ambas partes, y que se han solicitado con el argumento de la liberalización.

La más novedosa consistiría en dar facilidades a las empresas con una plantilla fija sea de, como mínimo, el 80%, para que puedan suspender temporalmente los contratos de sus empleados y los pagos a la Seguridad Social cuando se produzcan descensos de la producción.

Otras medidas van en la dirección de fomentar la renovación de las plantillas, favorecer la concentración industrial y permitir que el lanzamiento de nuevos productos, ya sean hilados o confección, se consideren una actividad de I+D y gocen de deducciones fiscales.

A la espera de Zaplana

Los agentes sociales presentaron el pasado jueves, ante un nutrido grupo de industriales españoles, al ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, un estudio sobre el impacto de la liberalización de 2005. El documento, elaborado por el Centro de Información Textil y de la Confección (CITYC), lo había encargado el Observatorio Industrial del Textil, que reúne a asociaciones empresariales y sindicales. Según las fuentes consultadas, la acogida de Piqué fue muy favorable, y la pelota se encuentra ahora en el tejado del ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, quien, por el momento, se ha mostrado menos receptivo. Las centrales confían que el próximo jueves, 10 de julio, en una reunión de ambos ministros con sindicatos y empresarios, Zaplana se acabe sumando a la iniciativa.

En el mejor de los casos, el estudio del CITYC estima que en el horizonte de 2010 el impacto de la liberalización se traducirá en una caída de la producción del 18%, en relación a la de 2001, cuyo valor fue de 13.182 millones de euros, según el CITYC. Pero esto no es lo peor. Se estima una destrucción de 71.900 puestos de trabajo, el 27% de la ocupación del sector en 2001 (264.200 personas).

El informe arroja estas cifras partiendo, no obstante, del supuesto de que la industria textil española arremeta una reacción exportadora "en la línea de lo sucedido en la década de los noventa", aunque, a renglón seguido, matiza que dicha reacción será "insuficiente para mantener el nivel de producción actual" y cuestiona "que se pueda llevar a cabo en todo tipo de productos", por lo que "se produce una cierta reducción de puestos de trabajo como consecuencia del incremento de productividad".

El batacazo es aún mayor cuando se toma en cuenta el escenario "pasivo": no hay reacción del sector a las nuevas condiciones de mercado, por lo que se mantiene la estructura del sector y las exportaciones se mueven al mismo ritmo que la producción.

Como consecuencia, se produce una fuerte caída de la producción (-37%) y sobre el empleo (-42,6%), con la destrucción de unos 112.395 puestos de trabajo. Los sindicatos, que comparten las conclusiones del estudio, "no pedimos aventuras, sino medidas para reducir el impacto" que se deriva del análisis del sector desde 1974, según varios dirigentes de CC OO.

En el periodo 1974-2001, objeto de la primera parte del estudio, la penetración de las importaciones ha sido arrolladora. Como muestra, un botón: mientras que en el subsector de los hilados, que representa el 35% del sector en peso y el 11% en facturación, la producción ha descendido un 11% y el consumo ha aumentado un 8%, las importaciones no solamente han cubierto esta diferencia, sino que han compensado las exportaciones.

El secretario general de la Federación de Industrias Textiles, Químicas y Afines de CC OO (Fiteqa), Joaquim González, proclama que el objetivo compartido con los empresarios es evitar que problemas coyunturales terminen en cierres irreversibles. Desde 1974, el empleo en España ha descendido en el sector en 156.000 personas.

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