Siete de cada diez docentes siguen suspendiendo en los exámenes del Irale
Los resultados del programa Irale arrojan este año un nuevo revés para los planes del Gobierno vasco de euskaldunizar al profesorado. Siete de cada diez docentes han suspendido en 2003 el examen. De las dos modalidades, perfil lingüístico 1 (nivel básico) y PL2 (que permite dar clase de euskera o en euskera), este último es el que peores estadísticas ha obtenido.
Del total de 153 profesores que estaban convocados a esta prueba, tan sólo el 26,5% aprobó, un porcentaje que aún se reduce más en la provincia de Guipúcoa, donde pasó el examen un 22,8% de quienes se inscribieron. En Álava, en cambio, resultó apto el 35% y en Vizcaya, un 25%. El programa libera al profesorado para que se pueda adaptar al nivel de conocimiento de euskera exigido por la Administración.
Ese resultado en el perfil 2 es el peor que se conoce desde el año 2000. El perfil 1 ha obtenido unos datos mejores, con un 42,4% de aprobados, aunque al igual que en cursos anteriores, no llega a la mitad. Vizcaya registró el peor resultado en este sector, con un 39%, frente al 47% de los otros dos territorios.En los anteriores exámenes, el Departamento de Educación ha atribuido los malos resultados del programa Irale a la edad media del profesorado, que ronda los 47 años. Con respecto a datos concretos, como el reducido nivel de aprobados en Guipúzcoa dentro del perfil 2, se pueden achacar al alto grado de euskaldunización que existe en ese territorio.
Los sindicatos, por su parte, fueron quienes hicieron públicos ayer los resultados, a la espera de saber cuántas reclamaciones se admiten. Comisiones Obreros, la central mayoritaria entre los docentes, insistió en reclamar de nuevo que se dé una mayor relevancia a la evaluación continua, de modo que "se tenga en cuenta la nota de todo el curso para establecer la nota final", y no sólo el resultado del examen. Pide que el curso valga el 60% y la nota del examen, un 40%. En la misma línea se expresó UGT, que encuentra en el programa Irale "los más rancios vicios educativos del pasado", es decir, "el examen único, puro y duro, la preeminencia de la evaluación final y sumativa", concediendo poca importancia a la evaluación continua".
CC OO pide también que se reserve la parte aprobada, en caso de existir, hasta la siguiente convocatoria del examen y, de manera especial, insiste en que no se reduzca el cupo de profesores que se acogen al programa "para poder dar una salida al personal que aún no ha obtenido el perfil". Asimismo reclama que se aumente el número de profesores de la red privada que se examinan y que se produzca, además, "la aportación de las patronales a la financiación del coste de la euskaldunización de esos trabajadores".
Educación había prometido que introduciría una reforma en el plan. En junio del año pasado, la consejera, Anjeles Iztueta, anunció que en 2003 se estrenaría un nuevo Irale. Desde el año 2000, en cada convocatoria se repiten resultados similares, en que nunca el profesorado alcanza la mitad de aprobados. El sistema, sin embargo, apenas ha tenido cambios para esta última prueba.
Convalidaciones de FP
Por otra parte, la consejera y los rectores de las tres universidades del País Vasco -la pública (UPV) y las privadas de Deusto y Mondragón- presentaron ayer oficialmente la reforma académica que a partir del próximo curso va a permitir a nueve especialidades de Formación Profesional (FP) superior acceder a seis títulos universitarios de ingeniería mediante la convalidación de créditos. La Junta de Gobierno de la UPV ya aprobó el pasado día 24 estas convalidaciones.
Iztueta destacó la importancia de esta iniciativa que ahora se inicia para responder a la demanda de las empresas, que reclaman profesionales que conozcan los procesos productivos desde el diseño de una máquina hasta su aplicación práctica, objetivo que se alcanza cursando la FP de segundo ciclo y luego una ingeniería universitaria.
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