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El Museo de Historia de Barcelona se extenderá a Can Saladrigas

El centro explicará las transformaciones sociales, económicas y urbanísticas de la ciudad

El Museo de Historia de la Ciudad, de Barcelona, proyecta extender sus instalaciones del Barri Gòtic al Poblenou con la creación de un centro en la antigua fábrica textil de Can Saladrigas que explique la Barcelona industrial. El centro se dedicará a interpretar y preservar el patrimonio fabril.

Todavía no existe proyecto ejecutivo sobre la mesa, pero el museológico está ya redactado con detalle. Tiene incluso nombre propio: Ciutat i fàbrica. El objetivo que persigue es crear sobre 1.500 metros cuadrados de la fábrica Can Saladrigas un centro para preservar, interpretar y divulgar el patrimonio industrial barcelonés a partir del primer tercio del siglo XIX. Un patrimonio que es tecnológico, pero sobre todo humano, social y urbanístico. Can Saladrigas dispone de una superficie de unos 8.000 metros cuadrados y en una de sus áreas ya se está construyendo una residencia para la tercera edad. Otro proyecto prevé ubicar en el mismo edificio la biblioteca del Poblenou.

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Situado entre las calles de Joncar, Llull, Marià Aguiló y Bilbao, cerca de la Rambla del Poblenou, el edificio de Can Saladrigas, que data de 1884, logró salvarse, por la presión de diversas asociaciones culturales y vecinales, de la piqueta que abría la nueva Diagonal y de las operaciones inmobiliarias realizadas recientemente en la zona. En 1999 pasó a ser de propiedad municipal y destinado a equipamientos genéricos. Ahora los servicios al ciudadano que allí se prestarán van tomando cuerpo.Por una parte, ya se está construyendo en Can Saladrigas un casal d'avis. La decisión de crear para el barrio una biblioteca, que ocupará unos 2.000 metros cuadrados, también es firme. Francesc Narváez, concejal del distrito de San Martí, asegura que en 2004 se elaborarán los presupuestos y que a finales del actual mandato municipal debería estar abierta al público. Como valor añadido, informa Narváez, esta biblioteca tendrá una área dedicada a la imaginería popular.

En fase de menor concreción se halla otro proyecto, relacionado en este caso con el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba). La dirección del Macba en algún momento ha acariciado la idea de ocupar una parte del edificio para instalar talleres dedicados a jóvenes creadores, y de hecho ha habido alguna experiencia en este sentido. "Lo cierto es que el Macba no nos ha hecho llegar hasta ahora ninguna propuesta concreta", afirma Narváez, quien en cambio confirma que el proyecto del Museo de Historia de la Ciudad (MHC) se encuentra en una fase bastante más avanzada.

El director de este último centro, Antoni Nicolau, ha elaborado un documento detallado en el que fija los objetivos del proyecto Ciutat i fàbrica. Entre ellos, "desarrollar un universo temático dentro de la esfera de contenidos que potencialmente puede ofrecer el MHC y abordar la industrialización desde una perspectiva pluridisciplinar". "Se trata de explicar la historia del siglo XIX de la ciudad desde el punto de vista de las transformaciones sociales, económicas y urbanísticas, más que los aspectos tecnológicos", añade Nicolau. "Para eso ya tenemos el Museo de la Ciencia y la Técnica de Terrassa".

Nicolau tiene en la cabeza un museo de la ciudad descentralizado, una red de museos, centros de interpretación y yacimientos en diferentes puntos que permitan mostrar todo el patrimonio histórico de Barcelona. Si la sede principal de la plaza del Rei permite explicar la ciudad prerromana y romana, y el yacimiento del Born muestra la ciudad medieval y preindustrial, Can Saladrigas debería consagrarse al patrimonio industrial.El proyecto para este último espacio prevé ocupar toda una planta del antiguo vapor, unos 1.500 metros cuadrados. De éstos, el 50% se destinaría a exposición permanente, el 40% a exposiciones temportales, el 5% a laboratorio pedagógico y el resto a dependencias administrativas.

El espacio permanente se subdividirá en cinco apartados: el desarrollo industrial desde el siglo XVIII hasta la actualidad, los sectores económicos de mayor influencia en Barcelona (textil, químico, metalúrgico, industria alimentaria y servicios), los establecimientos fabriles emblemáticos, el ámbito social (movimientos sindicales y obreristas, políticas sociales, etcétera) y el impacto de la industrialización en el urbanismo barcelonés.

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