El Rey sostiene que aún "no se han superado" los efectos del 'Prestige'

Los vecinos de la Costa da Morte dispensaron ayer un caluroso y multitudinario recibimiento a los Reyes de España, en la segunda y última jornada de su visita a Galicia para conocer la situación actual de las zonas castigadas por la marea negra del Prestige. Ante los alcaldes y las cofradías de pescadores de todas las localidades costeras que sufrieron el chapapote, el Rey destacó la mejoría que ha percibido desde su anterior visita, el pasado diciembre, cuando se vivían "los momentos más duros", subrayó el Monarca. "Los efectos del impacto de la marea negra todavía no han desaparecido", admitió don Juan Carlos, quien hizo un llamamiento para superar "este último tramo que falta para la recuperación total de la normalidad".

Así como el chapapote va desapareciendo de la costa -aunque ayer volvieron a llegar bolas de fuel a una veintena de playas gallegas-, de las localidades pesqueras también ha desaparecido la crispación social que el Rey pudo palpar en caliente durante su anterior visita. Si entonces el Monarca ya tuvo una cariñosa acogida, ayer los vecinos de Camariñas y Muxía se volcaron en mostrarle su afecto, y la bienvenida no se enturbió esta vez por ninguna protesta contra los representantes de la Administración que acompañaban al Monarca, con el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, a la cabeza.

En Camariñas, centenares de personas esperaban a los Reyes en la explanada de la lonja de pescados y los recibieron con un estruendoso aplauso en cuanto descendieron del helicóptero. Tras una breve reunión en el puerto, el Rey se embarcó en un pesquero con el cruzó el estrecho brazo de mar que separa esa localidad de la vecina Muxía. Allí la imagen se repitió, con barcos engalanados que salieron al encuentro de la comitiva real haciendo sonar sus sirenas y cientos de vecinos arremolinados en el puerto para dar vítores a don Juan Carlos y doña Sofía.

Los Reyes compartieron en Muxía un almuerzo con 70 alcaldes -entre ellos los de A Coruña, Francisco Vázquez, y Vigo, Ventura Pérez Mariño-, 63 patrones de cofradías y una representación de todas las instituciones implicadas en la lucha contra la catástrofe. La convocatoria subrayó el evidente propósito manifestado durante la visita real de unir a todas las fuerzas políticas y sociales de Galicia. En el almuerzo coincidieron desde políticos del PP hasta representantes de cofradías con una participación muy significada en la plataforma Nunca Máis. El mensaje del Rey, que incluía una parte en gallego, fue un llamamiento a unir fuerzas para superar el desastre "venciendo cualquier tentación de catastrofismo o desánimo". La mejoría de la situación en la costa se ha logrado, según el Monarca, gracias al esfuerzo combinado de las administraciones, "la solidaridad activa de España entera y la generosidad de su voluntariado". "Las adversidades pueden herir y afectar con dureza a una comunidad, pero en ellas también se pone en evidencia, como fue el caso de Galicia, la capacidad de reacción, la fortaleza y la valentía de sus gentes", agregó don Juan Carlos.

Antes de la intervención del Rey, Fraga agradeció el gesto de la Corona "en toda su dimensión y significado". "Como ustedes pueden comprobar", señaló el presidente de la Xunta dirigiéndose a los Reyes, "el aspecto de la comarca y el espíritu de sus gentes es mucho más normal y halagüeño que el que el Rey se encontró en su anterior visita, porque estamos a un paso de solucionar definitivamente el problema".