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Ansuátegui pide al jefe de policía que aclare todos los crímenes

El alcalde ofrece a los agentes municipales contra la delincuencia

El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, transmitió ayer públicamente sus instrucciones al nuevo jefe superior de Policía: "Mayor presencia policial en la calle e intensificación de la investigación sobre las bandas organizadas, las mafias y los grupos delictivos para que ningún crimen quede impune". El comisario Miguel Ángel Fernández Rancaño pidió colaboración, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, puso a a su disposición los más de 6.000 agentes de la Policía Municipal.

Fernández Rancaño fue presentado en la Delegación del Gobierno en Madrid al presidente en funciones y alcalde de la capital y al director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, además del resto de mandos de la Guardia Civil, el coronel José Navarro; y la Policía Municipal, el inspector jefe José Luis Morcillo; el fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, y el presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Fernando Fernández Tapias, entre otras autoridades.

El nuevo jefe superior centró sus objetivos en dos apartados bien diferenciados. El primero busca convertir la región en un lugar donde se pueda vivir con total tranquilidad. El segundo tratará de esclarecer los crímenes pendientes. Para ello, reiteró su compromiso de reforzar la investigación con más medios técnicos y humanos. "Haremos especial hincapié en la delincuencia organizada para evitar que se asienten en Madrid. Es una ciudad compleja, por lo que solicito la colaboración de todas las instituciones para dar una respuesta adecuada", señaló Fernández Rancaño. Éste anunció que mantendrá a la actual cúpula policial, al decir: "Os conozco a cada uno [de los jefes de brigada] y cuento con vosotros".

"Flujo de turistas"

Ansuátegui, deseó mucha suerte al nuevo jefe superior, a quien recordó "lo complejo de la Comunidad" por su flujo permanente de visitantes: "Le pido, que junto a la exigencia de mayor presencia policial en la calle, que intensifique la investigación sobre las bandas organizadas, las mafias y los grupos delictivos para que ningún crimen quede impune". En lo que va de año se han registrado 56 homicidios en la región (10 de ellos en la demarcación que es competencia de la Guardia Civil). Más de la mitad de estos homicidios está impune.

El delegado pidió al nuevo jefe superior que impulse una mayor coordinación y colaboración entre los distintos cuerpos policiales. Y Ruiz-Gallardón recogió el guante lanzado por Ansuátegui: "Acepto esa oferta de cooperación y desde este momento la Policía Municipal se pone a disposición del Cuerpo Nacional de Policía y del resto de las fuerzas de seguridad del Estado para cumplir el mandato de la Constitución de vivir en una sociedad segura". El alcalde apostó por la especialización de la policía para mejorar su eficacia. "Los agentes municipales estarán a la altura de las labores que se les encomienden", señaló Ruiz-Gallardón.

Cambio de actitud

La llegada de Francisco Javier Ansuátegui a la Delegación del Gobierno en Madrid, el 17 de mayo de 2000, estuvo acompañada de una declaración de intenciones. Ansuátegui quiso que la Policía Municipal se implicara más en las tareas de seguridad ciudadana y que no se limitara a dirigir el tráfico y controlar la aplicación de las ordenanzas del Ayuntamiento.

En un principio, la anterior concejal de Policía Municipal, María Tardón, mostró su interés en hacer más operaciones conjuntas entre el Cuerpo Nacional de Policía y sus agentes municipales. Sin embargo, las intenciones de la edil se toparon con la actitud del anterior alcalde, José María Álvarez del Manzano, quien limitó a sus policías a las funciones que tienen atribuidas por ley: tráfico y ordenanzas.

Las llamadas de Ansuátegui a la colaboración entre los cuerpos cayeron durante los tres últimos años en saco roto. La misma actitud ha mantenido Alberto Ruiz-Gallardón durante los ocho años que ha sido presidente de la Comunidad de Madrid. A pesar de ser responsable de los 5,3 millones de personas que residen en la región, nunca se ha querido implicar en los problemas de seguridad y de criminalidad. Se ha escudado en que, como titular del Ejecutivo regional, no tenía competencias en esas materias. Sin embargo, ahora que está al frente del Ayuntamiento de Madrid, se ha marcado como objetivo número uno la lucha contra la inseguridad ciudadana.

Y este cambio de actitud de Ruiz-Gallardón le ha pillado con el paso cambiado, a la vista de las intenciones de sus eventuales sucesores, Esperanza Aguirre o Rafael Simancas. Ambos han anunciado que tomarán las riendas de la lucha contra la delincuencia si llegan a ser responsables del Gobierno regional.

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