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Reportaje:Apuntes

Mujeres con mando en el campus

La Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Alicante está dirigida por un equipo de cuatro profesoras

Un equipo de cuatro mujeres asume desde esta semana la dirección de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Alicante. El viernes pasado tomaron posesión. En una institución académica, donde todavía los hombres dirigen y controlan departamentos, centros y facultades y ocupan en gran medida los cargos institucionales, que cuatro mujeres asuman el mando y la dirección de una Escuela con más 800 alumnos es noticia. Y además, sobre todo porque se enfrentaron en las elecciones, celebradas el 3 de junio, a otra candidatura en la que había tres hombres y una mujer.

Sin embargo, en esta especialidad las mujeres han asumido un papel relevante, ya que en los anteriores equipos directivos siempre ha estado al frente una mujer, pero con algún hombre en el equipo. Ahora son todo mujeres. Una situación que cambiará en diciembre próximo cuando Hortensia Redero, ex directora de la Escuela y actual responsable de prácticas, deje voluntariamente el cargo para incluir al sociólogo Daniel Laparra en el grupo.

"Las mujeres no tenemos tantas ansias de poder como los hombres", dice Josefa Lorenzo

Al frente de este equipo de mujeres está Josefa Lorenzo, quien cree que las mujeres en esta Escuela "están bien representandas". "Eso también es porque esta profesión que tradicionalmente ha sido muy feminina", apunta Esther Villegas, que asume la secretaria de la Escuela, y recuerda cómo casi el 90% de los matriculados en Trabajo Social son chicas. Sobre la situación de la mujer en los campus, Lorenzo, sostiene que "si no nos damos a conocer, no nos hacemos propaganda de lo que valemos y podemos hacer, no haremos nunca nada". La nueva directora de la Escuela añade que "las mujeres no tenemos tantas ansias de poder como los hombres". Yolanda Doménech, que se encargará en el nuevo equipo de la formación y el alumnado, asegura que el problema es que "no se conoce a la mujer, y además la disponibilidad del hombre es mayor, nosotras asumimos otras funciones en el hogar que nos dificultan una actividad académica plena". Al debate suman otro argumento con cierta carga histórica: "La tradición universitaria es masculina", matiza Esther Villegas, que achaca esta situación a que la Universidad es todavía "muy tradicional y en cierta medida innovilista". "Hasta conservadora en algunos aspectos me atrevo a decir", puntualiza Josefa Lorenzo.

Estas cuatro mujeres, que comparten equipo y programa, con indepencia de su condición sexual, se han trazado un ambicioso programa para transformar y cambiar esta Escuela de Trabajo que inaugura su tercer equipo directivo elegido democráticamente. Los anteriores responsables, cuando se designaba "a dedo" fueron hombres, según recuerdan.

En el orden de prioridades en la gestión, Josefa Lorenzo, se fija poner en marcha el próximo curso un proyecto experimental de enseñanza y aprendizaje para la adaptación al nuevo espacio de educación superior europeo. "Asumimos el liderazgo en esta cuestión", explica Yolanda Doménch, quien anuncia que modificarán el plan de estudios a la reforma, aplicarán nuevas metodologías de aprendizaje y cambiarán la relación entre el profesor y el alumno. Otra de las aspiraciones tradicionales de la Escuela de Trabajo Social es conseguir la implantación de una licenciatura que complemente a la actual diplomatura. "Con un ciclo superior conseguimos mejor formación para los alumnos, que pueden asumir mayores responsabiliades laborales en puestos de dirección y gerencia, ampliar la oferta de cursos de doctorado y más posibilidades de investigación", asegura Lorenzo, que recuerda cómo en la actualidad los puestos de responsabilidad en la especialidad de trabajo social los asumen licenciados en Sociología o Psicología.

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Otra línea de trabajo que se marcan las nuevas responsables de la Escuela es aumentar los acuerdos y convenios con empresas y colegios profesionales para las prácticas profesionales de los alumnos. En estos momentos ofertan 400 plazas de prácticas en 250 entidades cívicas, empresas, ONG y otros colectivos sociales.

También quieren "potenciar" el intercambio docente y de alumnos con universidades extranjeras los programas Erasmus y Sócrates. De momento tienen convenios de movilidad con Italia, Finlandia, Portugal, Alemania, Francia y Suecia. Yolanda Doménech recuerda cómo, en el marco del Programa Habana, la Escuela de Trabajo Social de Alicante "supervisa y asesora" desde 1998 los estudios que se imparten en Cuba de esta especialidad universitaria.

Los alumnos también tienen un papel importante dentro de esta Escuela de Trabajo Social, ya que cada año en el mes de marzo organizan unas jornadas en las que seminarios, conferencias, talleres y otras actividades culturales les ayudan a aproximarse a la realidad del mundo laboral y social que deberán afrontar cuando concluyan sus estudios universitarios.

"Nosotras vendemos y ofrecemos experiencia y madurez profesional", asegura Josefina Lorenzo. Sus compañeras añaden otro valor "la juventud, la media de edad del equipo es de unos 35 años", asegura este grupo de profesoras que se autodefine como "super joven y con muchas ganas de trabajar", concluyen.

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