La sal de la integración
La cocina es universal. La federación Mujeres Progresistas de Andalucía ha recurrido a ella para establecer lazos entre una quincena de mujeres de distintas nacionalidades, que clausuraron el viernes las jornadas gastronómicas con un festín de platos del mundo.
Alicia Queiruga, de 59 años, autora del matambre argentino, lleva cuatro meses escasos en Sevilla. "O me hundo con el país, o me vuelvo", pensó antes de hacer la maleta hacia España por segunda vez en su vida. Psicóloga, hija de emigrantes gallegos, Alicia vivió entre San Sebastián y Barcelona desde 1976 hasta 1992. "Estaba bien con amigos y trabajo, pero todos los emigrantes quieren volver", relata sobre su anterior experiencia. Ahora, en víspera de cumplir los 60, sopesa varios caminos -entre ellos un restaurante- para volver a empezar de cero.
Sangoye Sissokho, de 38 años, preparó bisab, una bebida refrescante de Senegal, que se evaporó en un tris tras. Lleva 13 años instalada en Sevilla, cada dos o tres visita su tierra: "Ahora tengo dos piernas, soy senegalesa y sevillana, si me voy tendré que volver porque mis hijas van a quedarse aquí".
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