Un viaje hacia el pasado

Tres hermanas se reúnen para cumplir el último deseo de su madre antes de morir: que sus cenizas se repartan entre tres destinatarios distintos. Las mujeres inician así un viaje por carretera que al tiempo es también un viaje interior en el que van a hurgar en viejas heridas... Mediante diez fluidos fundidos en rojo, rememoran algunos momentos significativos de su infancia que, en clave de melodrama, irán desentrañando ante el espectador el misterio que marcó a la familia.

"Sin entrar en lo menudo de la trama, se puede decir que Gracia Querejeta espolvorea la quisquillosa, pero presentidamente muy intensa, relación de esas tres hermanas con la intriga que subyace en los días de su infancia en la casa familiar, cuando un buen día su padre abandonó el hogar y nunca más volvieron a verlo", comentó Rodríguez Merchante en Abc, coincidiendo en su reserva del argumento con Carlos Boyero en El

"Esta magnífica película es un pozo inagotable de sorpresas, de sugerencias..."

Mundo: "Yo no puedo destriparles el argumento de esta magnífica película, que es un pozo inagotable de sorpresas, de sugerencias, de sutileza. También de desgarro, de violencia, de claroscuros, de amor... Quiero que la vean, la sientan y la juzguen... Les podría contar que es un melodrama, una tragedia, un psicoanálisis con alma, un viaje hacia la luz después de reconstruir los viejos y trascendentes infiernos...".

Abundando en que Cuando vuelvas a mi lado pertenece al género del melodrama (el título surgió de una versión instrumental del bolero de Alfredo Rodríguez), el crítico Ángel Fernández-Santos comentó en EL PAÍS: "Los melodramas nobles, y éste es uno de ellos, se construyen con materiales de derribo, con escombros del sentimentalismo popular, y, su nombre lo dice, son melo, música, es decir, artificios artísticos supeditados a las leyes de la armonía. De ahí que su discurso sea equilibrado y pudoroso hasta el susurro, incluso cuando cuentan dramones atronadores y desmelenados. Uno de estos truenos apacibles, delicada y enérgicamente dirigido por Gracia Querejeta, es Cuando vuelvas a mi

lado".

Tal como en sus dos largometrajes anteriores (Una

estación de paso y El último viaje de Robert

Rylands), la joven Gracia Querejeta "directora de una mirada adulta y personal que ya proclamaban sus dos películas anteriores", en palabras de Paula Ponga, volvió a colaborar con su padre, Elías Querejeta, en la escritura del guión, además de contar con la ayuda de Manuel Gutiérrez Aragón, que se incorporó en el tramo final. Las tres películas componen "una trilogía del padre", según declaró la directora: "Son películas independientes que no tienen nada que ver, pero que cuentan con puntos en común y elementos que se repiten. Vivir es preguntarse constantemente. Sin hacerse preguntas es imposible no sólo hacer cine, sino incluso vivir. Nos estamos preguntando constantemente sobre nosotros y sobre lo que nos rodea".

Cuando vuelvas a mi lado fue presentada en el festival de San Sebastián, donde obtuvo una mención especial del jurado así como el premio a la mejor fotografía, de Alfredo Mayo. Poco después, fue nominada a siete premios Goya, entre ellos el de mejor película de 1999 y los de interpretación femenina. "Hace falta el genio de la contención para ser Electra o Medea en voz baja, y estas inmensas actrices poseen ese genio. Su trabajo es asombroso", opinó Fernández-Santos admirando a Marta Belaustegui, Adriana Ozores, Mercedes Sampietro, Julieta Serrano y Rosa Mariscal: "La graduación de las construcciones de sus personajes es tan precisa que no parece superable. Su paso por la pantalla deja un rastro de elegancia conmovedora, hasta el punto de que lo mejor de esta pequeña obra maestra comienza precisamente cuando acaba, y comenzamos a contarnos a nosotros mismos qué hay de misterio en tan diáfano relato o poema. Son las cinco esquinas de un guión tan exacto como una figura geométrica, cuyo centro es un hombre, Jorge Perugorría, que una vez hizo girar las vidas de estas mujeres alrededor suyo, las marcó y se fue, dejándolas como herencia el silencio".

Otras muchas críticas fueron entusiastas: "Gracia Querejeta apuesta por la sobriedad, la contención y la elegancia, acertando con un cine maduro, serio, con historias adultas, tratadas con inteligencia, filmadas con arte auténtico y sin concesiones a los gustos fáciles", se pudo leer en Fila

7, mientras que en El Correo se dijo: "Gracia Querejeta se muestra como una de las mas eficaces directoras de actores del cine español. Lo dejó claro en su anterior película y lo confirma ahora sin género de dudas. Estamos ante unas de las interpretaciones dramáticas mas perfectas del cine español. Absolutamente todos, incluidas niñas, realizan una interpretación magistral, pero permítanme que destaque a Marta Belaustegui, esta formidable, joven y bella actriz que tiene el don de hacerse con la pantalla con su sola presencia y que está destinada, salvo ceguera, a llegar a lo mas alto".