La pesadilla de Freddie
Cuando apenas han cicatrizado en el mercado las heridas abiertas con los fraudes contables que originaron las mayores bancarrotas de la historia en EE UU, nos enfrentamos ahora a la destitución de la cúpula directiva de la agencia norteamericana Federal Home Loan Corporation (Freddie Mac), cuyos motivos todavía no se han aclarado. Freddie Mac inició su actividad en los años setenta al hilo de una iniciativa del Congreso norteamericano para facilitar la adquisición de inmuebles residenciales al sector minorista, siendo su actividad principal la recompra de créditos hipotecarios y su posterior titulación, obteniendo así financiación que facilita el acceso de familias a costes hipotecarios inferiores.
Cerca del 40% del total de titularizaciones hipotecarias de los últimos años en EE UU ha sido realizada por Freddie Mac y Fannie Mae
La incidencia de Freddie Mac (y del resto de agencias hipotecarias, siendo la mayor Fannie Mae) en la economía norteamericana es dual. Afecta tanto al sistema financiero como a la economía real. En primer lugar, el tamaño alcanzado por las carteras de estos agentes los convierte en participantes clave en el mercado de bonos estadounidense (Freddie Mac emitió en 2002 deuda por 295.500 millones de dólares, mientras que el Tesoro español lo hizo por 65.000 millones de euros). En segundo lugar, su incidencia sobre el funcionamiento del sector inmobiliario, el más dinámico de la economía EE UU, es trascendental (cerca del 40% del total de titulaciones hipotecarias de los últimos años ha sido realizada por Freddie Mac y Fannie Mae).
Los efectos derivados de la incertidumbre creada no se han hecho esperar, con desplazamiento de capitales desde emisiones de la agencia hacia otros segmentos, hecho que ha encarecido el coste de financiación de Freddie Mac. En principio, la fuerte capitalización y elevada calidad del activo de esta compañía supone un factor diferencial respecto a episodios pasados (Enron, Worldcom). Pero la dificultad para determinar la verdadera dimensión del problema continuará introduciendo un doble factor de incertidumbre: para la economía norteamericana -que podría ver aumentar el coste de financiación hipotecaria- y para el dólar -puesto que buena parte de las entradas en inversión en cartera en esta divisa se produce a través de emisiones de agencias-.
Manuel Cordero y José Manuel Amor pertenecen al Grupo Analistas Financieros Internacionales.
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