El equipo de gobierno de Barcelona toma posesión con una defensa del Estado de bienestar

Joan Clos fue elegido ayer alcalde de Barcelona por mayoría absoluta con los 15 concejales del PSC y los 10 de Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya (ICV). Fue una solemne sesión del Saló de Cent del Ayuntamiento en la que quedó patente la unidad del equipo de gobierno en señalar la política del Gobierno del Partido Popular como la causante del menoscabo del Estado de bienestar y de lastrar algunos proyectos, como el Fòrum. En el otro lado del Saló de Cent, CiU y el PP pusieron en duda la efectividad del acuerdo de gobierno, que calificaron de mero "reparto" de poder.

Por el tono y las argumentaciones desgranadas en sus discursos por los presidentes de los grupos municipales y el alcalde, quedó bastante claro que el mandato que ahora se inicia tendrá un carácter más político. Y también que la política municipal va a ser más viva y polémica porque, a tenor de los discursos de ayer, los partidos de la oposición, CiU y el PP, van a ser más beligerantes, especialmente el grupo de Alberto Fernández Diaz.

En su discurso, Clos insistió en que el primero de los objetivos que se ha marcado para este mandato es proteger el Estado de bienestar: "Son momentos difíciles para muchos ciudadanos que padecen precariedad en el trabajo, que temen por el futuro de sus pensiones, que ven que sus jóvenes no se pueden emancipar y perciben con inquietud la llegada de la nueva inmigración". Todo esto, continuó el alcalde, ocurre porque las políticas del Gobierno de José María Aznar están perjudicando al que menos tiene, ya que "disminuyen los impuestos directos, aumentan los indirectos y reducen las inversiones para que sean los ayuntamientos los que resuelvan los problemas. Esto es una ecuación infernal. Y todo esto se ha hecho con el apoyo de alguna fuerza política

de la que no me lo esperaba".

Clos se comprometió a trabajar para que Barcelona sea la capital "de Cataluña y del catalán", a defender "la calidad de la convivencia" en la ciudad y a mantener e impulsar la ambición de Barcelona de tener peso internacional. Ha de ser "una ciudad con personalidad propia, que se distinga de las demás", apuntó.

La ceremonia de la constitución del consistorio se inició con la votación de los candidatos a alcalde. Tanto ERC como ICV renunciaron y votaron a Clos, mientras que los siete ediles del PP votaron a Alberto Fernández Díaz y los nueve de CiU a su presidente, Xavier Trias. Después todos prometieron el cargo, algunos -dos concejales de ICV y los cinco de ERC- por "imperativo legal". Entre el público se encontraba Ernest Maragall, que ha renunciado al acta esta misma semana, y algunos de los regidores socialistas que se han quedado fuera del consistorio por el retroceso electoral que el PSC ha sufrido en Barcelona.

Los socios de Clos defendieron con vehemencia las bondades del acuerdo de gobierno. "No hay muchos ayuntamientos que se constituyan con un acuerdo tan concreto, casi un embrión del Plan de Actuación Municipal, y en el caso de los gobiernos de derechas, es inexistente", afirmó con determinación Imma Mayol, presidenta del grupo de ICV y tercera teniente de alcalde, quien dijo que el único punto negro ha sido la imposibilidad de que miles de inmigrantes hayan votado. "Pero lo seguiremos exigiendo", aseguró.

Mayol explicó que inicia el segundo mandato con la voluntad de luchar contra la pobreza, mejorar la asistencia a domicilio de las personas necesitadas y aumentar las plazas de guarderías públicas, además de incrementar la participación ciudadana. Mayol lanzó un andanada contra el PP a propósito del Fòrum, que en su opinión podría convertir Barcelona en una ciudad líder en los nuevos movimientos mundiales. "Pero el Fòrum 2004 tiene un lastre, que es José María Aznar, porque en el caso del Fòrum no se trata sólo de aportar dinero", concluyó.

Jordi Portabella, segundo teniente de alcalde, también fue crítico con el Fòrum, pero en este caso por no defender la identidad y la cultura catalana. En su discurso, afirmó que la fuerza de Barcelona reside en que es capital de Cataluña, no en que sea "la segunda capital española". Pero advirtió de que ese liderazgo corre peligro si se demoran inversiones en infraestructuras, en una crítica velada a la política de inversiones del PP.

Xavier Trias, presidente del grupo de CiU, volvió a comprometerse a dedicar sus próximos 12 años de vida política al Ayuntamiento y avanzó que la oposición que liderará será "positiva, constructiva". "No sé hacerlo de otra manera", añadió. Asimismo restó importancia al acuerdo de gobierno: "Es parecido al de hace cuatro años y no se ha notado en la ciudad".

El más contundente en las críticas fue el popular Alberto Fernández Díaz: "Lo que se presenta como un acuerdo yo lo percibo como un reparto aritmético de responsabilidades. Creo que es la coartada para ocultar la incapacidad de los socios de gobierno para tomar las decisiones que Barcelona necesita, por ejemplo en seguridad ciudadana".

Al término del acto, los concejales cruzaron la plaza de Sant Jaume para dirigirse al Palau de la Generalitat. Un grupo de jóvenes antiglobalización les había preparado un pasillo de protesta. Imma Mayol se reunió más tarde con ellos.