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Chirac pide el fin de las protestas sin vencedores ni vencidos

Blair elogia en París el "coraje personal" de Raffarin por atreverse con la reformas

El presidente francés, Jacques Chirac, expresó ayer el deseo de que no haya "vencedores ni vencidos" en el conflicto social declarado en los últimos días en su país. Los signos de apaciguamiento se multiplican: los sindicatos permitieron que el examen final del bachillerato comenzara ayer en condiciones casi normales y varias asambleas de trabajadores votaron el final de la huelga de transportes.

El primer ministro británico, Tony Blair, decidió irrumpir en la crisis francesa con un encendido elogió al "coraje personal" de su colega Jean-Pierre Raffarin, por haberse atrevido con la reforma social. "Todos los países desarrollados se enfrentan actualmente a los mismos desafíos. Intentamos que nuestros servicios públicos y nuestros sistemas de protección social sean compatibles con las necesidades del mundo moderno", argumentó Blair, tras desayunar ayer con Raffarin en París. La noche anterior había restablecido, en una cena con Chirac, las relaciones personales puestas en entredicho por sus posturas sobre Irak.

El apoyo del jefe de Gobierno laborista le sentó muy bien al liberal Raffarin. Atacado por los sindicatos y la oposición política, el jefe del Gobierno francés anunció ayer la regulación de "servicios mínimos" en Francia, toda una revolución en este país. Las centrales se han opuesto siempre a la implantación de servicios mínimos, considerándolos contrarios al derecho de huelga.

El Ejecutivo facilitó también los primeros datos de la factura de la revuelta social: 260 millones de euros perdidos en la empresa nacional de ferrocarriles SNCF y otros 40 millones de euros en Air France a causa de los paros.

Si a Raffarin le ha tocado hacer de policía malo, Chirac se encarga del papel de policía bueno. Tras un largo silencio sobre la revuelta social, el presidente de la República apoyó las reformas emprendidas "por el Gobierno" y defendió al Parlamento como el lugar donde deben elaborarse las leyes, en una desautorización indirecta a los que presionan desde la calle a la Asamblea Nacional.

Pero Chirac elogió igualmente a "todo el cuerpo de profesores", por facilitar la realización de los exámenes de bachillerato, y expresó su deseo de que el conflicto de las pensiones termine "sin vencedores ni vencidos". Uno de sus colaboradores fue destacado para recibir a una delegación de las decenas de miles de personas que se manifestaron cerca del lugar donde se encontraba el presidente, en la ciudad de Toulouse.

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Retorno a la calma

Los principales dirigentes sindicales están divididos sobre la continuidad del conflicto. Todos ellos coincidieron ayer en un mitin en Marsella, la segunda ciudad de Francia. Bernard Thibault, líder de la Confederación General de Trabajadores, rechaza la huelga general propuesta por Fuerza Obrera. El periodo estival y los paros prolongados juegan a favor de un retorno progresivo a la calma. No obstante, a última hora de ayer, los dos sindicatos citados y otras dos centrales convocaron una nueva "jornada nacional de movilizaciones" para el día 19.

Los sindicatos cumplieron su palabra de permitir la celebración del examen final del bachillerato, que comenzó ayer por la prueba de filosofía. Sardónicos, parte de los profesores propusieron a los examinandos el siguiente tema: "¿El diálogo es el camino de la verdad?".

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