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Miquel Barceló: "Procuraré no convertirme en un dinosaurio oficial"

El pintor, escultor y ceramista obtiene el Príncipe de Asturias de las Artes

"Estoy bien de salud", "procuraré no convertirme en un dinosaurio oficial". Miquel Barceló (Felanitx, Mallorca, 1957) recibió ayer desde Nápoles con estos dos comentarios irónicos la noticia de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Barceló, afamado internacionalmente por su poderosa y cotizada obra, se refugió en un "no puedo dejar de trabajar" de la lluvia de llamadas y elogios. Ayer fue descrito por muchos como genio, clásico en vida, maestro del arte actual, aunque también hubo algunos que pusieron en duda el galardón. El pintor proclamó: "No me lo merezco, me hace feliz y haré todo lo posible con mi trabajo para merecerlo en un futuro próximo. Es un honor y expreso mi gratitud".

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Mudable y fascinante

"Me esmeraré todo lo que pueda para no oficializarme", dijo ayer Barceló. "Hay que evitar ser un pintor oficial. Pero para que digan que eres un autor a la moda no importa que te den un premio. Hay quien se convierte en pintor así, integrado, sin percatarse. El artista no decide ser el pintor de la Academia, es la obra de cada día la que manda. No se debe repetir, no se puede hacer lo mismo de antes, no hay que hacer lo que otros hicieron ya".

Desde hace medio año, Barceló ejecuta en Nápoles su creación "más ambiciosa y técnicamente más compleja", el mural de 300 metros de cerámica que ofrecerá una nueva piel, con pintura y escultura de vanguardia, a los muros de una capilla gótica de la catedral de Palma. El tema litúrgico encomendado es el milagro de los panes y los peces. "La cerámica es una manera de pintar. Para una pared lateral he alzado un lienzo de fango de trece metros, con peces y grandes anzuelos, que acaba en el rompiente de una ola, para hacer ver la Seu desde una perspectiva submarina", explica de su actual cometido, que completará con cinco nuevos vitrales para el mismo espacio.

"Ahora lo que debo hacer es acabar todo el conjunto, un solo panel de terracota que cubrirá las tres paredes de la capilla. A las seis de la mañana un equipo del taller se pone a preparar los andamios, cámaras y ascensores. Yo anoche salí del trabajo a las tres de la mañana. La jornada es de más de doce horas", subraya.

"El director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, me ha comunicado por teléfono la concesión del premio. Está muy bien. Un día vendrá a Nápoles para ver mis trabajos. Creo que el paisaje marino de Vietri sul Mare, con tanto sol y calor, junto a la pasta de pescado descompuesto, sanguinolenta, que adereza mi desayuno-almuerzo, no es un paisaje ni muy asturiano, ni adecuado para efectuar declaraciones periodísticas y montar un belén de micrófonos", detalló al filo del mediodía.

Un reto

"Estoy volcado y no dejo de pensar y actuar en la obra de la catedral. Es un reto técnico y artístico. Ahora no podría ir a recoger el galardón, menos mal que será en otoño y espero estar en Oviedo. No, no seré muy complicado ni pondré pegas", comentó.

El pintor mallorquín, que mientras habla por teléfono se aliña un pa amb oli, pan con aceite aderezado con una versión actual del arcaico garum, la salsa de pescado de los romanos, explica la estética y el sabor del humilde condumio con "pescado en descomposición" y cuenta que días atrás cenó raons fritos, plato estrella del mercado gastronómico secreto del Mediterráneo. "Aquí leo los diarios con un retraso, que quizás es mejor viendo lo que ocurre. Me puedo centrar y mis amigos vienen a verme para contemplar la cerámica". El artista Javier Mariscal, la periodista Paloma Chamorro, el arquitecto Óscar Tusquets, el editor Joan Tarrida, el escritor Ramón Chao y el director de museo de Dublín Enrique Juncosa, son algunos de los que han peregrinado hasta la costa napolitana.

El premiado es un personaje de culto para artistas -y controvertido-, admirado entre los seguidores que devienen multitudes en sus inauguraciones. Barceló dice no sentir "el peligro del vértigo. No, la fuerza centrípeta que me impulsa hacia fuera de Mallorca queda contrarrestada con el trabajo intenso, la fuerza con intensidad que te sitúa en la obra, que varía tanto. La tensión del trabajo te arrastra y sitúa en la realidad, la fama no te marea. La realidad, el estudio, te enfría. ¿Ser o no pintor de moda? Nunca me lo he tomado en serio, ni lo he pretendido ni perseguido. Ni para bien ni para mal me afectan las consideraciones críticas. No escucho los grandes elogios ni los insultos, que se parecen aunque estén muy alejados".

En la vanguardia y al filo de la posmodernidad, Barceló recrea una temática rural y vanguardista, con la mirada en África, en Europa y sobre todo en el Mediterráneo. Tiene residencia y estudios fijos en París, Mallorca y Mali. Reivindica la pintura y el oficio de pintar "ahora que parece que nadie ya pinta. Siempre hay un retorno a la pintura, tras decretar su muerte cada dos décadas", observa este lector voraz que días atrás terminó de leer una biografía de Miguel Ángel.

Miquel Barceló, en su estudio mallorquín.
Miquel Barceló, en su estudio mallorquín.A. M.

Elogios y críticas

Durante el día de ayer se sucedieron los elogios hacia la creación de Miquel Barceló, aunque también hubo voces disidentes con la decisión del jurado. El artista obtuvo 13 votos. Los otros 8 votos fueron para el compositor Cristóbal Halffter (el arquitecto Rafael Moneo también fue finalista). La candidatura de Barceló fue propuesta por cuatro miembros del jurado: Miguel Zugaza, Rosina Gómez-Baeza, Amelia Valcárcel y Jorge Fernández Bustillo. El fallo lo define como un "gran creador plástico" que "entronca con la mejor tradición española", informa Javier Cuartas.

Manuel Valdés resaltó, en declaraciones a Efe, el "riesgo" y la "madurez" de Barceló, al igual que la galerista Elvira González, que declaró a Europa Press que es "un premio muy acertado". Para Joaquín Vaquero Turcios, el galardón "está muy justificado". Juan Manuel Bonet resaltó su "valentía". Ramón González de Amezúa, le definió como "un artista muy representativo de las tendencias actuales"; José Guirao, como "un gran pintor en continua evolución".

Para Julio López Hernández, Barceló "es un pintor bien dotado, con imaginación y afán de aventura", pero dudó de que sea merecedor del galardón. Rafael Canogar lo calificó como "muy buen artista", expresó su respeto hacia el fallo pero añadió que en el futuro habrá que "tener en cuenta a otros artistas que también lo merecieron", refiriéndose a Álvaro Delgado, Luis Feito y Carmen Laffón. Miquel Rodríguez Acosta expresó sus felicitaciones, pero añadió a la lista anterior al propio Canogar. Álvaro Delgado dijo: "Es un pintor que no me gusta". Y Luis Feito fue el más contundente de los críticos y calificó el premio de "aberrante y grotesco". "Es algo verdaderamente cómico, y si no fuera muy triste y lamentable, sería para partirse de risa, pero es mejor reír que llorar".

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