Empleo dio ayudas sin una "selección rigurosa", según la Cámara de Cuentas
Las subvenciones corresponden al programa de fomento de la industria
Las subvenciones que gestionó la Consejería de Empleo entre 1996 y 1999 dentro de su programa de fomento de la industria se concedieron sin "un proceso riguroso de selección de proyectos" y con un sistema contable que "no garantiza un control suficiente sobre la fiabilidad interna de los datos". Estas son algunas de las conclusiones del informe de fiscalización de la Cámara de Cuentas sobre estas ayudas, que la institución dio a conocer ayer.
La Cámara de Cuentas, en su informe, hace un muestreo sobre el centenar de solicitudes de subvención gestionadas por la Dirección General de Industria de la Consejería entre 1996 y 1999. El organismo fiscalizador analiza siete expedientes aprobados y otros seis denegados. Y sus conclusiones, en general, son muy críticas con la gestión realizada.
Además de resaltar la falta de rigurosidad en la selección de proyectos y la insuficiencia del sistema contable para comprobar "las diferentes fases de tramitación de los expedientes y el cumplimiento de los objetivos establecidos", la Cámara de Cuentas señala que en los expedientes analizados tampoco consta que la Consejería comprobara si los proyectos aprobados recibían otros tipo de ayudas públicas.
Según el resumen del informe distribuido ayer por la Cámara de Cuentas, en los expedientes analizados "no existe documentación acreditativa sobre la contribución de las subvenciones a la generación de empleo inducido ni directo". La institución precisa que en el conjunto del programa de ayudas, el informe final de cierre elaborada por la Consejería se especifica que "se han creado 679 empleos directos y 310 inducidos" pero, "en los expedientes fiscalizados no se ha creado ninguno".
La Cámara de Cuentas agrega que tampoco es posible valorar "con base en las memorias y a los informes sobre la incidencia de la inversión, si se han cumplido los requisitos a considerar en la concesión de las subvenciones. Y que la gestión de ayudas no se encontraba informatizada en esos años, "lo que impide un adecuado seguimiento de los proyectos y de su ejecución".
La Consejería de Empleo salió al paso de las críticas incluidas en el informe de la Cámara de Cuentas con un documento lleno de "precisiones". Empleo destaca que la fiscalización se hizo "exclusivamente sobre documentación que obra en poder de los servicios centrales de la Consejería, cuando los expedientes de este programa tienen igualmente documentación en las delegaciones de las provincias en las que se ubican las empresas solicitantes".
Réplica de Empleo
La Consejería asegura, que la Dirección General de Industria "sí tenía implantado un sistema de control interno para evitar, detectar y corregir los conceptos esenciales de los expedientes" y que también realizaba "inspecciones in situ a los beneficiarios de las subvenciones" para comprobar si se ajustaban a los "proyectos técnicos visados por los organismos oficiales competentes". Empleo recalca que "si no hubiese sido así, no hubiesen sido fiscalizados de conformidad por la Intervención delegada en la Consejería".
La percepción de Empleo es también opuesta a la de la institución que dirige Rafal Navas en lo referente a la selección de proyectos -"existe un proceso riguroso"-. La Consejería responde a las dudas de la Cámara de Cuenta sobre el conocimiento de otras ayudas públicas en los proyectos subvencionados que "en ningún caso la intensidad de las ayudas superó los límites establecidos por la UE" y que para comprobara si se cumplen los objetivos de inversión y empleo la evaluación debía haberse realizado después de 1999.
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