Los militares fotografiaron el avión ruso en el que volvían el jueves de Irak para denunciarlo

Un día después del tenso funeral celebrado el pasado miércoles en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) por los 62 militares muertos en el Yak-42 ucranio que se estrelló hace una semana en Turquía, una quincena de soldados españoles regresó a Madrid a bordo de otro avión de fabricación rusa. En este caso se trataba de un Ilyushin 76, procedente de Basora (Irak), donde embarcaron militares destinados en Um Qasr. Esta vez, los soldados no se limitaron a criticar el mal estado del aparato, sino que, para demostrarlo, hicieron fotos que ya han llegado a manos de sus mandos, según fuentes militares.

"Parte de la carga no estaba anclada, de las 16 ruedas del tren de aterrizaje sólo dos no tenían gastado el dibujo del neumático y de otras dos salían alambres. Ningún miembro de la tripulación nos dijo si había chalecos salvavidas ni dónde estaban las salidas de emergencia".

Éste es el relato de uno de los pasajeros que viajó el pasado jueves desde Basora (Irak) a Madrid a bordo de un Ilyhusin-76 fletado por el Ministerio de Defensa. Sólo una de estas irregularidades, la falta de anclaje de la carga, que puede desestabilizar el aparato en pleno vuelo si se produce un movimiento brusco, fue suficiente para que el Ministerio de Defensa noruego cancelase su contrato con la compañía ucrania con la que viajaban los 62 militares españoles que murieron en el accidente del pasado lunes.

A pesar de esta catástrofe aérea, España no ha suspendido todavía los vuelos en aviones de fabricación rusa fletados a través de la agencia NAMSA de la OTAN. El primer viaje después del siniestro se produjo el pasado miércoles. Un Il-76 voló a Irak para transportar material y personal con destino al destacamento español desplazado en misión humanitaria en Um Qasr.

El avión debía aterrizar en Basora, capital de la región meridional de Irak, pero lo hizo en Kuwait, por lo que su regreso se retrasó hasta el jueves. A diferencia del Yakovlev que se estrelló en Turquía, el Il-76 no es un avión de pasajeros, sino de carga. No obstante, cuenta con una quincena de asientos para pasajeros, que fueron ocupados por militares tanto en el vuelo de idea como en el de vuelta.

Como en ocasiones anteriores, el avión presentaba numerosas deficiencias, pero esta vez los soldados no se limitaron a quejarse, sino que hicieron fotografías, especialmente del mal estado de las ruedas, para contar con pruebas de las mismas. La realización de las fotografías fue una iniciativa personal de los pasajeros, ya que hasta ahora el Ministerio de Defensa no ha encargado ninguna inspección de los aparatos por parte de especialistas españoles.

No obstante, el Il-76 aterrizó en Madrid el jueves por la noche y el pasado viernes algunas de las fotografías ya estaban en poder de sus mandos del Ejército, según fuentes militares.

Dichas fuentes indicaron que todos los que llevaban una cámara encima hicieron fotografías y sólo algunas de ellas han sido reclamadas hasta ahora. "La gente estaba indignada por el estado del avión después de lo que había pasado", explica un pasajero.

La preocupación por el mal estado de los aviones se reflejaba en el correo electrónico que el comandante José Manuel Ripollés -uno de los 62 fallecidos en el accidente de Turquía- remitió a su hermano poco antes de morir. "Como te puedes imaginar no son aviones nuestros sino alquilados a un grupo de piratas aéreos que en condiciones límite transportan nuestro material y personal, te hablo de los Tupolev, Yakovlev...Vamos con el avión, bueno mejor dicho el vión que tuvo una apertura fortuita en África y fueron succionados los pasajeros", decía el texto, difundido por El Mundo.

El comandante Ripollés aludía al accidente sufrido el pasado 8 de mayo por un avión de fabricación rusa al que se le abrió en pleno vuelo la rampa trasera en Congo. Unos 140 pasajeros murieron al caer del aparato, precisamente un Il-76.